Esa frustraci贸n la manifiesta el Procurador cuando reaccion贸 se帽alizando que “ha sido frustrante la lucha contra la corrupci贸n en el pa铆s por los pobres resultados”, al tiempo de reiterar su convicci贸n de que “Rep煤blica Dominicana necesita vencer la cultura de la impunidad en la administraci贸n p煤blica”, advirtiendo que “si los organismos no juegan su rol se deteriora el Estado de derecho, las instituciones y la poblaci贸n pierde confianza en las entidades llamadas a protegerla”.
Esa visi贸n del Procurador adem谩s de confirmar el fracaso y debilidad de la institucionalidad del Estado en nuestro pa铆s, confirma la percepci贸n generalizada de la poblaci贸n de que la Justicia frente a la corrupci贸n m谩s que obrar de acuerdo a los c谩nones del derecho y la justicia, responde a los intereses del poder econ贸mico y pol铆tico, que es quien dictamina los dispositivos de los fallos judiciales a favor de los corruptos o delincuentes, con lo cual se disuelve el Estado de derecho y toda institucionalidad basada en la Ley, la racionalidad y la 脡TICA.
La frustraci贸n del Procurador es tambi茅n la frustraci贸n de los sectores que, pese a todas esas experiencias negativas, aspiran por una Rep煤blica Dominicana donde alg煤n d铆a reine un Estado institucionalmente organizado basado en la vigencia del estado de derecho y donde impere la autoridad de la Ley y la civilizaci贸n, por sobre la impunidad que impide una justicia independiente, aplicada por jueces probos y cre铆bles, y no por simples miembros apandillados con las camarillas primitivas del poder.
Pero para que esos ideales se hagan realidad y los prop贸sitos del Procurador se conviertan en logros ordenadores de la institucionalidad de la Justicia, se precisa que el Procurador sea acompa帽ado de una legi贸n de ciudadanos, de un gobierno y de una clase dominante convencidos y deseosos de que en Rep煤blica Dominicana no siga siendo un refugio de la corrupci贸n y la impunidad, as铆 como un espacio para una econom铆a de los il铆citos y los privilegios irritantes en contra del pueblo, expresiones de un orden social de injusticia y salvajismo.
¡Por Dios que reine la Justicia!
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