Exportar 85 mil toneladas de arroz le está costando al país unos RD$1,000 millones, según el Ministerio de Agricultura.
Desde 2006 la producción de arroz en República Dominicana se ha mantenido en aumento y por encima del consumo nacional. Esta trayectoria ininterrumpida de autosuficiencia ha permitido elevar el volumen de las exportaciones y reducir las importaciones del cereal.
Sin embargo, con estos progresos se ha generado un problema con el que el Estado no ha podido lidiar: el alto costo de los excedentes cuando estos superan, por mucho, el volumen ideal de la reserva estratégica.
República Dominicana tiene un consumo anual que se ubica entre los 9 y 9.5 millones de quintales y lleva tres años produciendo más de 12 millones, según cifras oficiales. Esta situación ha llevado a acumular excedentes que han llegado a alcanzar los 4.0 millones de quintales de arroz.
El presidente de la Fundación Dominicana de Factorías de Arroz, Miguel de Moya, explica que esta cifra es muy superior a los 1.8 millones de quintales que como máximo debió tener la reserva estratégica al 30 de marzo, que es el momento del año en que debe tener mayor volumen.
Como el costo de producción del país no le permite ser competitivo a nivel internacional, el Gobierno ha optado por subsidiar la exportación de arroz blanqueado, que entre 2005 y 2011 sumó 30,429 toneladas, según datos del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).
De este modo, la exportación de arroz subsidiado representó un 25.8% del total de las exportaciones del cereal, que en ese período fue de más de 117 mil 808 toneladas, siendo el renglón de mayor volumen después del arroz partido de bajo costo que el país le vende al vecino Haití.
Miguel de Moya precisa que este año República Dominicana ha sacado 40 mil toneladas de arroz, subsidiadas por el Ministerio de Agricultura en coordinación con el Banco de Reservas.
Esta cifra es superior a la suma de las exportaciones totales registradas por el CEI-RD desde 2005 hasta 2001.
Según explica el viceministro de Producción, Luis Yangüela, exportar entre 33 mil y 37 mil toneladas de arroz le está costando al país alrededor de mil millones de pesos.
A una producción alta y cara se suman las importaciones obligatorias que debe hacer el país como parte del acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta). El tratado establece que el Estado tiene la obligación de permitir la importación libre de aranceles –al entrar el séptimo año de la puesta en vigencia del convenio– de 2,980 toneladas métricas de arroz descacarillado o pardo y 11,900 toneladas de semi-blanqueado, para un total de 14,880 toneladas.
De este modo, el Gobierno asume un costo en la exportación de ese cereal, al mismo tiempo que permite su entrada al país desde otros mercados.
Cumpliendo con esto, la Comisión para las Importaciones Agropecuarias publicó el pasado día 15 un comunicado para convocar a importadores interesados en participar en importar diversos productos, entre los que se incluyen 157 toneladas de arroz descacarillado y 621 de arroz blanqueado.
Con respecto a los excedentes, Luis Yangüela explica que la Comisión Nacional Arrocera ha intentado evitar los excesos de inventario de arroz a través del Programa Nacional de Pignoraciones, una iniciativa que busca mantener almacenado el producto para evitar escasez o exceso de oferta.
Funciona como “una guarda de mercancías en almacenes fiscales”, estableciendo un precio piso –el más bajo al que pueden comprar los molineros sin arriesgar la estabilidad de los productores– y un precio techo –el más alto al que pueden comprar sin generar aumentos importantes para los consumidores– como herramienta para mantener el equilibrio general.
Pero los altos volúmenes han superado la capacidad de control permitida por esta herramienta, que fue diseñada para combatir los excesos temporales, no continuos.
“La pignoración está funcionando el año entero. No fue creada para eso. Cuando hay una sobreoferta, en exceso, se hace insostenible el programa de pignoración. Porque es un programa en el que estaba previsto utilizar 400 ó 500 millones de pesos y se ha disparado a 700 y 800 millones”, indica el funcionario.
Esta situación ha llevado a que el Ministerio de Agricultura haya tenido que pagar más de RD$2,685 millones a los arroceros, según datos de esa institución. Este producto constituye el mayor capítulo del presupuesto de gasto del programa, que también se extiende a productos como ajo, leche y habichuela, y ha implicado pagos que, en total, superan los RD$4,500 millones.
Según explica el viceministro de Producción, en respuesta ante la situación, el Ministerio de Agricultura está intentando devolverle la funcionalidad al programa estableciendo mayor regulación en el inventario e incluyendo rubros más competitivos.
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