jueves, 3 de abril de 2014

Gobierno sin oposición

El PLD ha sabido adueñarse de los estamentos del Estado en franca y débil ausencia de partidos opositores con fuerza e intensidad, incapaces de producir cambios políticos anhelados por la sociedad.
El gobierno no tiene oposición. En este país no existe ahora mismo un partido fuerte, mayoritario y unido que infrinja cierto temor en el gobierno central. Tampoco existe una fuerza social que aglutine ideas de cambio, posicionada, y sea propulsora de exigir acciones reales.
El expresidente Fernández supo granjearse a esa débil oposición y comprarla. El gobierno de Medina continúa el mismo camino. Todos riéndose de no contar con un partido fuerte como fue el PRD en un momento, ni con un PRSC que funciona más como una oficina de empleo de reformistas que como un partido fundado por un “caudillo”.
Los reformistas están desmembrados y desperdigados desde hace años y tienen formado un feudo en la Cancillería de la República (permitido por Leonel) donde están algunos y otra parte en el Congreso. La célula reformista desapareció y tienen años amagando y cacareando una reforma interna que nunca llega.
Es penoso el panorama político actual sembrado por los mismos zorros políticos de turno. En el PRD debilitan su principal arma de hacer oposición, que es su propio partido, en pos de intereses individualistas presidenciales.
Órgano político en el que sus miembros se rasgan las vestiduras cada día en los medios de comunicación vociferando cómo debieran ser las cosas, sus anhelos presidenciales y según ellos el pronóstico del futuro nacional.
Sin embargo, ninguno habla de unidad real dentro del seno del partido y de ganarse una base partidista que está con el proyecto presidencial que más les de comer.
Este es el retrato del PRD actual. Este partido tiene visos de fragmentarse más todavía y sus dirigentes se hacen los ciegos y no se percatan que mientras ellos estén con discusiones de bajo nivel, el PLD continuará gobernando. Además hay que decirlo, en el PRD no se vislumbran dirigentes con verdadero afán de rejuvenecer en ideología este partido y promover reformas y unión.
El pueblo no desea otro gobierno del PRD capitaneado por quienes ya conocemos. Éstos dejaron huellas negativas e imborrables a pesar de que este pueblo sufre de amnesia colectiva a la hora de votar.
En ese sentido, los demás grupúsculos políticos existentes en esta sociedad, en los que la mayoría de sus miembros son “funcionarios” en el tren gubernamental, no hacen ruido, sino que bailan al son de la canción que les toque bailar. Incapaces también de alzar la voz y quejarse.
Somos un país que adolece de una verdadera fuerza política opositora que represente debidamente a esa otra parte de la sociedad que no comulga con las acciones de un gobierno que controla todo. A sabiendas de estas divisiones partidistas la JCE continúa otorgándoles millones de pesos sin control.

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