martes, 18 de noviembre de 2014

Los “influyentes”

Uno de los sectores en que descansa la estabilidad y las perspectivas de desarrollo de la Nación son los empresarios, generadores de riquezas y de empleos. La estructura empresarial en el país es muy diversa, destacándose en la misma la cúpula empresarial, los “influyentes”; y la amplia base de las pymes que según la AEIH representa el 97% de la fuerza laboral del país, que constituye los excluidos. Mientras las pymes, medianas y pequeñas empresas, son excluidas de los grandes debates, tal como se da en la discusión del Código Laboral, las cúpulas empresariales, que reúnen a los sectores “influyentes”, monopolizan la posición de los empresarios, frente al gobierno y frente a una minoría sindical también de reducida representatividad.
    
Frente a esa realidad el Presidente de la Asociación de Empresarios e Industriales de Herrera (AEIH) reacciona criticando el hecho de que no se tome en cuenta la amplia base de las pymes, al tiempo de abogar porque los sectores llamados “influyentes” no se le permita que sigan imponiendo su voluntad “como si viviéramos en una sociedad secuestrada”, denuncia Víctor Castro. Esta posición crítica de la AEIH frente a “los influyentes”, pone de manifiesto el surgimiento de una nueva mentalidad empresarial más abierta y democrática, más cónsona con las exigencias del desarrollo, y contraria a la mentalidad excluyente y oligárquica de la cúpula de los “influyentes”, más dados a influir en los políticos y tomadores de decisiones para el trazado de políticas que solo vayan en beneficio del capital monopólico, con lo cual se acentúa cada vez más la asimetría del poder, la exclusión y la pobreza en el país.   
    
Esa diferenciación de mentalidades empresariales en conflicto, insinúa el surgimiento de dos líneas de pensamiento económico: una más apegada al espíritu empresarial que se asocia al capitalismo beneficiario de la concentración de la riqueza y la exclusión, orientación más propia del capitalismo sin rostro humano o “salvaje”, tal como fuera bautizado por el Papa Juan Pablo II; y una mentalidad de más amplia base social que postula una economía más inclusiva y menos excluyente, de modo que el resultado de la economía se traduzca en una mayor prosperidad para todos, al tiempo que aboga por una mayor participación de los sectores que representan la más amplia base empresarial del país. Se trata de fomentar una economía más democrática y con rostro humano. 

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