lunes, 18 de agosto de 2014

Una Lección

Pedro Gil IturbidesPor Pedro Gil Iturbides.--La condena a siete años de cárcel a la cantante Martha Heredia por tráfico de drogas, dictada por el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de Santiago, aunque en proceso de apelación, manda una señal a una juventud ensoberbecida por los triunfos que se tornan inmanejables, tal vez como resultado de la inexperiencia y sin duda como fruto de la vanidad.
    
Cuando Martha Heredia alcanzó el premio American Idol, en Buenos Aires, Argentina, este diario hizo suyo el éxito de lo que entonces era una muchachita, pero también advirtió que ese premio debía ser administrado emocionalmente para evitar, precisamente, que cayese en los actos que ella misma, en el tribunal, durante el juicio, admitió eran vergonzosos.
    
Pero ya es tarde. Aunque se apele la sentencia, Martha Heredia fue condenada y la sentencia, de por sí, surte un efecto moral, más que legal, sobre una persona que pudo haber sido, como el premio recibido, un ídolo de la juventud.       

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