Por Nelson Peralta
La oposición política de la República Dominicana permanece indiferente ante el conflicto de la Junta Central Electoral (JCE), como si las decisiones que arroje una comisión de congresistas autorizados a intervenir en la crisis, no le afectará en el presente ni futuro electoral.
Se cree que el silencio de los partidos opositores en torno al caos en la Junta Central Electoral, es porque prefieren conservar la representación que tienen en el organismo que aventurarse a una recomposición, donde este riesgo su influencia.
La confrontación que es más activa del sector oficialista, parece no interesar al Partido Revolucionario Dominicano y el Partido Reformista, que están imbuidos en sus propios “arrebatos internos”.
El PRD que acudió a un torneo electoral pasado en el 2012, con todas las desventajas del arbitraje del proceso y que denunció fraude, no interviene en la actual coyuntura crítica en el organismo rector de los comicios.
Y es que la crisis del PRD es tan absorbente que no tienen tiempo para mirar más allá de la curva y lo que representa las consecuencias en la actual coyuntura política la salida al enfrentamiento en la Junta.
Los líderes del PRD, Hipólito Mejía y Miguel Vargas no han sumido posturas, por lo menos públicas en torno a la situación presentada en el organismo electoral.
Las voces opositores que se han manifestado en torno a los problemas de la JCE, se han escuchado solo en la Cámara de Diputados, porque es sabido que el Senado es de factura total peledeísta.
Se espera que el Partido blanco que se estima como el líder de la oposición asuma posiciones más firmes, claras y transparencia en torno a los problemas internos en la JCE, que podría culminar con su desmantelamiento o dándole más poder del que ostenta el actual presidente, doctor Roberto Rosario Márquez.
Se cree que el silencio de los partidos opositores en torno al caos en la Junta Central Electoral, es porque prefieren conservar la representación que tienen en el organismo que aventurarse a una recomposición, donde este riesgo su influencia.
La confrontación que es más activa del sector oficialista, parece no interesar al Partido Revolucionario Dominicano y el Partido Reformista, que están imbuidos en sus propios “arrebatos internos”.
El PRD que acudió a un torneo electoral pasado en el 2012, con todas las desventajas del arbitraje del proceso y que denunció fraude, no interviene en la actual coyuntura crítica en el organismo rector de los comicios.
Y es que la crisis del PRD es tan absorbente que no tienen tiempo para mirar más allá de la curva y lo que representa las consecuencias en la actual coyuntura política la salida al enfrentamiento en la Junta.
Los líderes del PRD, Hipólito Mejía y Miguel Vargas no han sumido posturas, por lo menos públicas en torno a la situación presentada en el organismo electoral.
Las voces opositores que se han manifestado en torno a los problemas de la JCE, se han escuchado solo en la Cámara de Diputados, porque es sabido que el Senado es de factura total peledeísta.
Se espera que el Partido blanco que se estima como el líder de la oposición asuma posiciones más firmes, claras y transparencia en torno a los problemas internos en la JCE, que podría culminar con su desmantelamiento o dándole más poder del que ostenta el actual presidente, doctor Roberto Rosario Márquez.
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