miércoles, 29 de mayo de 2013

La esperanza del dominicano….

Dr. Frank Espino.-

Desde que era niño, siempre escuchaba a hablar a mis padres y  los adultos de ¨esperanza¨ Quizás para entonces no entendían  esta palabra, como debe pasar con un montón de seres que ignoran el correcto significado. Lo cierto es, que para el dominicano representa todo es, ¨una esperanza¨. En una traducción folclórica, es un acontecimiento que lo cambiará todo como por arte de magia.
  
 Cuando uno le pregunta al ciudadano corriente, ¿por qué juega dinero? Contesta- ¨Bueno-hay que tener esperanza, es decir soñar con sacarse la lotería¨.
  
 Cuando se le ha preguntado a muchos de los que se arriesgan a tomar una yola e intentar cruzar el canal de La Mona, o  lazarse mal adentro, siempre dicen, que lo hicieron por que aquí ¨no hay esperanza¨.

Si ustedes escucha el lenguaje absurdo y gastado de nuestros políticos, (de todos los partidos)  siempre se refieren a deben votar por ellos, por que son ¨la esperanza¨
Si hay un candidato que quiere llegar al palacio nacional o en las provincias un aspirante a síndico, regidor, diputado o senador, si se le cuestiona por que ellos quieren ¨sacrificarse¨ por el pueblo, contestan de una forma burda y cruel, por que representamos ¨la esperanza¨.
   
¡Todo sea por la esperanza!: la esperanza de un arreglo de las calles, del arreglo de la energía eléctrica, de los médicos, el aumento sea una esperanza que le complazcan, de los pupitres, escuelas y material didácticos, se tiene la esperanza de algún día estar resuelto.
   
De un mejor nivel de vida de nuestra población, de la disminución del hambre y la miseria, dice la gente: ¨hay que tener esperanza¨
   
En definitiva, todo aquí depende desde quitar una presidente, cambiar unas bombillas,  hasta hacer justicia verdadera de esperanza. E inclusive de la llegada del agua, y de que los fenómenos atmosféricos no nos afecten depende, de la esperanza.
Y viendo que todo sigue igual, concluyo lo que  muchas veces oí de mis progenitores y  nuestros ancianos: ¨Es que la  esperanza del dominicano era verde y se la comió un burro¨

El autor es médico, escritor y profesor universitario.

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