Actúe bajo estos lineamientos y ganará el respeto del mundo:
- Recuerda las fechas, los lugares y es puntual.
- Siempre va bien vestido, perfumado y nunca llega con las manos vacías.
- Escucha y es paciente, no le interesa ganar una discusión.
- Le abre la puerta a una dama, le cede el asiento, el paso, la ayuda a quitarse el abrigo o a cargar cosas.
- Siempre habla bien de la mujer con la que tuvo su última relación amorosa.
- Nunca dice groserías en presencia de menores, de mujeres o de personas mayores.
- No monta un escándalo cuando le rechazan la tarjeta, ofrece otro método de pago o trata de solucionar el problema.
- Apaga su teléfono móvil al entrar a una conferencia, clase, reunión o ceremonia.
- Paga sus deudas o apuestas de juego.
- Utiliza las palabras comodín en toda relación social: “por favor ” y “gracias”.
- Cuando llega tarde a una ceremonia o al teatro, espera el momento oportuno para entrar y trata de molestar lo menos posible a quienes se encuentran ya sentados.
- Si no sabe idiomas no trata, bajo ningún concepto, de aparentar que domina otra lengua.
- Siempre piensa antes de hablar y nunca interrumpe a los demás a media narración.
- Cuando alguien le ataca verbalmente, le contesta con elegancia, inteligencia y sin agresividad.
- Sabe decir frases como: “No sé, no he leído ese libro”, “no conozco ese autor” o “no he visto esa película”.
- No se queja de su situación financiera ni habla del precio de las cosas, por ejemplo, lo que ha costado su traje o el vino que sirve.
- Acepta una disculpa y sabe ofrecerla cuando es necesario.
- Habla en voz baja y con prudencia en lugares públicos.
- Presenta a dos personas mediante cumplidos.
- Se queja de la manera correcta.
- Nunca se alegra de los errores ajenos porque asume que la persona que ha errado, lo último que necesita es su burla.
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