Ese conflicto se hace presente en la controversia que domina la opinión pública en estos días, y que protagonizan el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito y el Senador por San Juan, Félix Bautista, a quien el primero lo ha sometido a la Justicia por un pesado expediente de corrupción que ha encendido el debate y las potencialidades del conflicto. Por el momento se ha visto como la confrontación ha provocado el apoyo al Senador de parte de sus colegas congresistas y más agresivo aún de parte de un grupo de abogados, quienes rechazando vehementemente la posición del Procurador, lo amenazan con aplastarlo hasta hacerlo saltar del cargo y posiblemente sancionarlo, recurriendo al poder fáctico disponible mediante el control de la justicia, de donde el Senador saldría triunfador, como triunfadora saldría la cohorte del poder detrás del senador en el conflicto.
Por la actitud silente del Gobierno en esa confrontación, se ha de suponer que el Procurador cuenta con su anuencia, además de haber concitado fuera de esos ámbitos oficiales y partidarios, el apoyo manifiesto de la cúpula empresarial y de algunas voces de la Iglesia con lo que se amplifica el impacto del conflicto. De esa forma a favor de la causa manifiesta que defiende Domínguez Brito en favor de combatir la corrupción y la impunidad, se han expresado en su apoyo, por ahora, el CONEP, el Arzobispo de Santiago y APROLECHE, además del reconocido abogado, Don Negro Veras, quienes han expresado su apoyo al Procurador, al tiempo de pedir que no se entorpezcan las investigaciones en contra de personas acusadas de actos de corrupción.
Perspectivas del conflicto
Se trata, pues, de dos asociaciones de intereses en conflicto que se mueven dentro del poder institucional del poder político y dentro del propio partido de gobierno, cuyas consecuencias independientemente del problema de la Justicia y la Moral, habrán de repercutir en las fórmulas que definirán las dos posibles opciones electorales: el Retorno al pasado representada por el ex presidente Fernández; y la opción del futuro y del cambio bajo la influencia del Presidente Medina, quien podrá animar esta opción a través de sus gran influencia determinada por su elevada popularidad.
Por esas razones no explícitas, la controversia entre el Procurador y el Senador, además de las implicaciones institucionales de Justicia y Éticas, encierra una problemática político-electoral, de gran interés para variados sectores de poder, así como para toda la ciudadanía, que ven con incertidumbre el panorama político nacional.
¡Por ahora que se manifiesten los apoyos!
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