sábado, 5 de enero de 2013

La justicia como meta para el año 2013


Juan Núñez Collado.
Al conmemorar el bicentenario del natalicio del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, debemos renovar el firme propósito de practicar la virtud de la justicia cada día, cada semana y cada mes de este año 2013, como el mejor homenaje que podemos tributar a Juan Pablo Duarte.
    
Si no nos esforzamos a nivel personal, familiar y colectivamente como sociedad en practicar las virtudes, principios y valores que nos legó con su ejemplo el Padre de la Patria, al final del 2013 tendríamos que confesar que perdimos esta gran oportunidad de una forma miserable. ¿En qué consiste la virtud de la justicia? La virtud de la justicia consiste en que desde las instituciones públicas y privadas todos los que administramos bienes, recursos humanos, carismas y talentos, tratemos por todos los medios de dar a cada uno lo suyo, o sea, lo que en buen derecho le pertenece. En este sentido San Ambrosio, un santo padre de la Iglesia Católica, señaló en el siglo IV: “La caridad florece donde no hay justicia”.
    
Es una vergüenza que instituciones como nuestro Senado y Cámara de Diputados y el mismo Poder Ejecutivo, desviándose de sus verdaderas funciones, se han dedicado a crear y desarrollar estructuras clientelistas como las tarjetitas de Solidaridad, las cajas navideñas, el barrilito y otros privilegios irritantes, en vez de desarrollar estructuras de apoyo al trabajo productivo y al ahorro y no  apoyar loterías y otros juegos de azar  que son un robo público de los recursos de los más necesitados, que son víctima de su ignorancia creyendo en la suerte más que en el ahorro y el trabajo productivo.
    
Todos tenemos el reto de luchar contra estas estructuras viciadas y pecaminosas. El Gobierno con el Senado y la Cámara de Diputados tienen el gran reto de revisar el injusto contrato de la Barrick Gold, porque si se hacen ciegos, sordos y mudos ante el clamor del pueblo por la revisión de este contrato, más temprano que tarde el pueblo les pedirá una estrecha cuenta. Pero si el pueblo adormecido por pequeñas dádivas callara, Dios no callará.
    
Dios de seguro les pedirá un rendimiento de cuenta a todos los que por pequeñas prebendas entregaron ese gran tesoro que Dios nos regaló de más de 90,000,000 millones de onzas de oro y otros minerales como plata, níquel y zinc que está explotando la Barrick Gold con un contrato injusto e inequitativo para el pueblo dominicano.
    
La  mayor parte de los beneficios es para esa corporación multinacional que se valió de la debilidad de nuestros representantes, con el Dr. Leonel Fernández a la cabeza, para bajar una línea para la aprobación de ese contrato de marras sin nisiquiera leerlo. 

¡Cuánta irresponsabilidad!  Hay tiempo para una rectificación. Cuando la justicia se viola basado en la influencia ejercida sobre  mentes débiles que claudicaron ante unas pequeñas dádivas envenenadas, no queda otro camino que no sea la rectificación por el bien de toda una nación, cuyas mayorías son víctima del hambre, las enfermedades y toda precariedad por no tener representantes dignos.
    
La dignidad perdida se puede recuperar a base de actos dignos y reivindicativos que borren un pasado ominoso.
   
 La revisión de este contrato en este año 2013, sería el mejor homenaje que desde las esferas del Estado se le podría tributar a Juan Pablo Duarte.
    
Oigamos su pensamiento sobre la justicia, del Ideario de Juan Pablo Duarte, pág. 16: “El buen dominicano tiene hambre y sed de justicia a largo tiempo, y si el mundo se la negase, Dios,  que es la suma bondad,  sabrá hacérsela cumplir y no muy dilatado y entonces, ¡ay de los que tuvieron oídos y no oyeron,  de los que tuvieron ojos para ver y no vieron la eternidad de nuestra idea! Porque ellos habrán de oír y de ver entonces lo que no hubieran querido oír ni ver jamás”. Fin de la cita.
    
Ojalá que en honor a Juan Pablo Duarte nos apliquemos con esmero a cultivar y practicar la justicia a lo largo de este año 2013, bicentenario de Juan Pablo Duarte.

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