Llegó el 25 de noviembre, y el cielo amaneció nublado, la lluvia, como lágrimas bajaban desde lo alto para recordarnos ese horrendo y oscuro día de noviembre del 1960.
Esta vez la cuarta Mariposa no está entre nosotros para seguir contando de manera incansable, como el primer día, la historia. Esa historia que contaba a cada paso del camino, a niños, niñas, adolescentes, jóvenes para que la transmitieran y nunca la olvidaran. Esa historia que fue su misión de vida, su entrega a la Patria.
Llegó el 25 de noviembre y Dedé no está para narrar la historia con su voz apasionada, ahogada en pequeños gemidos de dolor, que el tiempo no pudo borrar, con sus ojos inquietos, brillantes y a veces angustiados. No está, para hablarnos de sus hermanas Patria, Minerva y María Teresa.
No está para recordarnos que sus hermanas fueron mujeres comprometidas con la vida, con la libertad, con el amor. Mujeres que no les importó dejarlo todo, renunciar a todo por sus principios e ideales.
Llegó el 25 de noviembre y 54 años después, seguimos en pie de lucha, reclamando justicia, exigiendo la eliminación de toda violencia contra la mujer. Seguimos luchando por lo que tanto las Mariposas del tiempo lucharon, por vivir en un Estado de Derechos.
Llegó el 25 de noviembre y hoy la violencia contra la mujer es aún más cruel y vil. Hoy no nos asesinan directamente el Estado, hoy nos asesinan nuestros maridos, parejas, los padres de nuestros hijos e hijas por el simple hecho de ser mujer. A eso se le llama feminicidio y justamente en lo que va de este 2014, van aproximadamente 72 mujeres asesinadas.
Llegó el 25 de noviembre y nos recibió con las mismas violencias económicas, verbales, psicológicas, doméstica. Con la aprobación de un Código Penal que limita los derechos sexuales, de salud y por ende de los derechos de vida de las mujeres.
Llegó el 25 de noviembre y la cuarta Mariposa no está con su mechón blanco y sus labios pintados de rojo para exhortarnos a seguir adelante. Para exhortarnos a no darnos por vencidos en la cotidianidad de la vida. Para no dejarnos vencer por el pesimismo, la apatía, la indiferencia, el confort en que cada día se consume la sociedad dominicana.
Llegó el 25 de noviembre y en el cielo las cuatro Mariposas resplandecen, ondeando sus alas cristalinas. En este 25 de noviembre están juntas de nuevo, tomadas de la mano, abrazadas.
Desde ese lugar nos miran, a veces nos iluminan a través del pensamiento. Nos invitan a la acción, a movernos para hacer los cambios que nos corresponden hacer y por los cuales ellas entregaron sus vidas. Siguen deseando que su país pueda florecer como el jardín de sus casas que tanto amaron. Siguen aspirando, apostando a un mañana mejor, donde la justicia social deje de ser una utopía.
Llegó el 25 de noviembre y aunque Dedé, la cuarta Mariposa, no está, estamos nosotros, los que tuvimos el privilegio y el honor de conocerla, admirarla, agradecerle, quererla . Estamos nosotros y nosotras las que un día nos comprometimos en lo más profundo de nuestro interior a seguir contando la historia de Las Mariposas.
Vivan Las Mariposas!. Presentes siempre…..
La autora es Abogada y docente universitaria.
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