Las mismas figuras del burlesco medieval que usaran los dos grandes dictadores fascistas Franco y Mussolini comienzan a aparecer en el cuadro patético y desolador presentado esta semana en defensa del Príncipe Leonel Fernández por parte de sus adeptos y miembros de su corporación.
La propaganda es una forma de comunicación que desde la antigüedad está dirigida a influir en la actitud de una comunidad hacia algo.
Al contrario que el suministro de in
formación imparcial, la propaganda, presenta información sobre todo para influir en una audiencia. La propaganda presenta a menudo hechos de forma selectiva, por lo tanto, puede llegar a mentir para fomentar un particular, o utiliza los mensajes para producir una respuesta más emocional que racional a la información presentada. El objetivo deseado es promover como resultado un cambio de la percepción del tema, incluyendo la percepción de la importancia, en el público (1) WIKI.
Ahí de usar el calvario de nuestro Señor Jesucristo como defensa de la obra de este encantador de serpientes que fuera nuestro presidente en los últimos ocho años da cororicamo al interior de mi ser.
Jesucristo no puede ser parte de la permisividad, el latrocinio, el robo de cuello blanco, la indiferencia a los crímenes de género, la falta de educación, de techo, de trabajos dignos, la pobreza extrema y sobre todo del uso de los recursos públicos para comprar adeptos con el uso de un sistema burdo de welfare o asistencia social en los extractos con más bajos ingresos en nuestra población.
La iglesia católica diríamos es cómplice por su permisivismo. Por lo menos la parte alta de la dirigencia de la misma se ha echado a un lado e inclusive se ha hecho parte de la Corporación al mantener negocios y recibir de parte de esos gobiernos del PLD y el Príncipe Leonel Fernández grandes obras y traspaso de derechos adquiridos del estado dominicano.
Las inversiones de la iglesia católica están ahí. Sus riquezas también. Y su permisivismo también.
No podremos lograr una patria digna con tantos tendones unidos en este entuerto del usufructo del poder en nuestra amada Quisqueya.
Las raíces que debemos sacar son el fruto del contubernio de clases, grupos económicos, grupos religiosos y sobre todo de la Corporación Peledeista.
Nuestros ancestros dedicaron más de un siglo para darnos nuestra identidad. Sucesivamente hemos sido gobernados por tiranos y títeres. No veamos el tiempo como nuestro enemigo en esta nueva epopeya que están escribiendo miles de nuestros compatriotas en estos momentos históricos en que vivimos. Usemos el tiempo como nuestro aliado para romper de nuevo las cadenas de este nuevo flagelo que nos hunde hoy. Luchemos todos por una patria grande en que todos tengamos los mismos derechos bajo el sol antillano que nos da duro en la frente de la desvergüenza hoy!
Lic Porfirio Nouel
Economista
Ahí de usar el calvario de nuestro Señor Jesucristo como defensa de la obra de este encantador de serpientes que fuera nuestro presidente en los últimos ocho años da cororicamo al interior de mi ser.
Jesucristo no puede ser parte de la permisividad, el latrocinio, el robo de cuello blanco, la indiferencia a los crímenes de género, la falta de educación, de techo, de trabajos dignos, la pobreza extrema y sobre todo del uso de los recursos públicos para comprar adeptos con el uso de un sistema burdo de welfare o asistencia social en los extractos con más bajos ingresos en nuestra población.
La iglesia católica diríamos es cómplice por su permisivismo. Por lo menos la parte alta de la dirigencia de la misma se ha echado a un lado e inclusive se ha hecho parte de la Corporación al mantener negocios y recibir de parte de esos gobiernos del PLD y el Príncipe Leonel Fernández grandes obras y traspaso de derechos adquiridos del estado dominicano.
Las inversiones de la iglesia católica están ahí. Sus riquezas también. Y su permisivismo también.
No podremos lograr una patria digna con tantos tendones unidos en este entuerto del usufructo del poder en nuestra amada Quisqueya.
Las raíces que debemos sacar son el fruto del contubernio de clases, grupos económicos, grupos religiosos y sobre todo de la Corporación Peledeista.
Nuestros ancestros dedicaron más de un siglo para darnos nuestra identidad. Sucesivamente hemos sido gobernados por tiranos y títeres. No veamos el tiempo como nuestro enemigo en esta nueva epopeya que están escribiendo miles de nuestros compatriotas en estos momentos históricos en que vivimos. Usemos el tiempo como nuestro aliado para romper de nuevo las cadenas de este nuevo flagelo que nos hunde hoy. Luchemos todos por una patria grande en que todos tengamos los mismos derechos bajo el sol antillano que nos da duro en la frente de la desvergüenza hoy!
Lic Porfirio Nouel
Economista
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