El gobierno haitiano no pudo ofrecer a sus connacionales que se encuentran de manera ilegal en la República Dominicana, el apoyo necesario para acogerse al nuevo sistema de regularización y eventual procura de la nacionalidad dominicana; y no solamente que no pudo respaldar a esos hijos suyos, sino que, además, les cobraba altas sumas de dinero, para entregarles los documentos que necesitaban para acogerse a los requerimientos dominicanos.
Pero el gobierno haitiano tiene, en cambio, tiempo y recursos para abrir una oficina de promoción turística en la República Dominicana.
¿Pueden entenderse ciertos problemas a partir de tal tipo de comportamiento?
lunes, 1 de septiembre de 2014
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