El mandatario aceptó sus renuncias y ese mismo día las actividades en el Palacio Nacional se desarrollaron de manera normal
El siete de mayo de 1975 el presidente Joaquín Balaguer designó como jefe de la Policía al general Neit Rafael Nivar Seijas, con el expreso mandato de realizar una exhaustiva investigación sobre el vil asesinato del periodista Orlando Martínez, ocurrida el 17 de marzo de ese año, y de preparar un expediente que debía colocar en una gaveta “para que alguien lo encontrara en la posteridad y le diera curso”.
Durante la noche de ese día y hasta la mañana siguiente se realizaron numerosas reuniones entre los jefes del estado mayor y el secretario de las Fuerzas Armadas y sus facciones, que objetaban el nombramiento del jefe policial. El primer acuerdo de los mandos fue no asistir a la juramentación de Nivar Seijas en el palacio de la Policía, a pesar de que la ceremonia sería encabezada por el Presidente de la República. En vez de aparecer al lado de Balaguer, en la juramentación del jefe de la Policía, Jiménez hijo y Pérez Pérez decidieron participar en una ceremonia en San Isidro, en la que entregaron a Lluberes Montás las alas honoríficas de piloto.
Esa actitud disidente de los militares fue seguida por un acto de desafío a la autoridad del Presidente, que se materializó con la carta de renuncia del secretario de las FFAA, contralmirante Ramón Emilio Jiménez hijo, y los jefes del Ejercito, Enrique Pérez y Pérez; de la Fuerza Aérea Salvador Lluberes Montás (Chinino), y de la Marina de Guerra, Manuel Logroño Contín. En la misiva de un solo párrafo, el alto mando expresa que tomaban la medida “por no estar de acuerdo con decisiones que han sido tomadas últimamente” . El documento lo entregó en Palacio el subsecretario, comodoro Francisco Amiama Castillo. Balaguer aceptó la renuncia sin ninguna objeción. En la entrega de la misiva a la prensa sólo Pérez y Pérez no estaba presente, con quien algunos altos funcionarios favorecían “buscar un arreglo”.
Las actividades continuaron en el Palacio Nacional de manera normal, y el día siguiente, sábado, a las 10 de la mañana Balaguer arribó a la base aerea de San Isidro, y en una ceremonia que duró apenas 10 minutos, juramentó al general Renato Malagón Montesanos, como titular de la FAD. Al mediodía el Jefe de Estado viajó a Fantino, en la provincia Sánchez Ramírez, donde inauguro una escuela y de regreso visitó la casa de su hermana, doña Carmen de Paxot, que estaba enferma. Llegó a su despacho a Palacio a las ocho de la noche y de inmediato ocupó asiento para que le recortan el pelo.
Varios generales fueron vistos en el antedespacho presidencial desde tempranas horas de la tarde de ese sábado, entre ellos el general Nivar Seijas que estaba acompañado de una fuerte escolta policiaco-militar.
En la noche Balaguer expidió el decreto 853, mediante el cual asumió la jefatura de las Fuerzas Armadas, en sustitución de Jiménez hijo, y mas tarde designó al comodoro Francisco Javier Caminero, jefe de la Marina, por Logroño Contín. Tres dias después nombro al general Juan René Beuchamps Javier, quien ocupaba la presidencia de la Comisión de Leyes Agrarias, como secretario de las FF.AA y a Braulio Alvarez, Sanchez, jefe del Ejercito, en sustitución de Pérez y Pérez.
Para sustituir los jerarcas militares renunciantes se conjugaron los nombres de los generales Adriano Valdez Hilario, que estaba de embajador en Haití y cuando se enteró de la noticia inmediatamente se reportó a Palacio; Marcos Jorge Moreno, Anselmo Pilarte y Carlos Jáquez Olivero.
esos días en Palacio Nacional se vivieron momentos de acción, donde era evidente la entrada y salida de funcionarios, civiles y militares. La entrada de vehículos a la sede era rigurosamente revisada y fueron suspendidas las caminatas por los pasillos. La oficina del subsecretario Administrativo, Rafael Bello Andino, permanecían repletas de civiles y militares, mientras el vicepresidente, licenciado Carlos Rafael Goico Morales, leía tanquilamente el periódico El Nacional de la vispera.
Tiempos después los que abandonaron las altas posiciones volvieron al redil de Balaguer a través de cargos civiles: Jiménez hijo fue designado secretario de Relaciones Exteriores; Pérez y Pérez, secretario de Interior y Policia y Lluberes Montás en la administración de la empresa Molinos Dominicanos, en Villa Duarte. El comodoro Logroño Contín falleció mientras se armonizaba la reintegracion de los oficiales.
EL DATO
Sustitutos
El general Juan René Beuchamps Javier fue nombrado secretario de las FFAA; el general Braulio Álvarez, jefe del Ejército, Francisco Javier Caminero, jefe de la Marina y Renato Malagón Montesanos, jefe FAD.
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