viernes, 28 de diciembre de 2012

El 2012, un año perdido



Se está   cerrando la cortina del año 2012, y al pasar balance del mismo se infiere que fue un tiempo perdido para los dominicanos. El transcurso de estos meses vio el desarrollo y culminación de un  proceso electoral, el uso  abusivo de los recursos públicos para favorecer  a los candidatos de gobierno, el manejo irresponsable del  presupuesto nacional en obras sin concurso y sobrevaluadas.

También  se  observó el estiramiento de las redes  del narcotráfico, las cuales involucraron  a instancias fácticas públicas y privadas, la violencia doméstica continuó su agitado curso y los feminicidios  se produjeron en un promedio  de una víctima cada dos días, aunque no existe  la pena de muerte, los crímenes extrajudiciales o sumarios, en supuestos intercambios de disparos acaecieron todo el año, ahora algunos despistados miembros de la cámara baja  han pedido a la institución encargada de preservar el orden  público, que den “Pa' bajo ” a los delincuentes pobres, no a aquellos que se nutren de barrilitos o cofrecitos y que ostentan riquezas que chocan con la miseria y marginalidad en que vive inmersa la gran mayoría del pueblo Dominicano, donde se dificulta alcanzar los alimentos que permiten la sobrevivencia. A groso modo, se observa un caos institucional de la vida social dominicana. Se está ante el estado fallido, donde no se garantiza el orden y el control social.

En la relación de fuerzas de los órganos del estado, el ejecutivo manipulado la independencia de los demás poderes, el congreso no da evidencia de autonomía y mucho menos de observar el manejo y ejecución  de la función pública, el legislativo fue indiferente a la comisión de un déficit  fiscal de más de doscientos mil millones de pesos (cinco mil millones de dólares).

En el plano judicial, los fiscales no garantizan la puesta en marcha de la acción pública contra aquellos que han malversado fondos públicos  o los han distraído en provecho  personal; muchas  sentencias o fallos  dados por jueces no corresponden con las expectativas de la sociedad.

Se esta ante una situación de impunidad peligrosa, que amenaza el orden social ya que pueden evitar  el castigo, debido a la fragilidad institucional y a la vulnerabilidad de la sociedad, la cual se desplaza hacia una pendiente caótica, la impunidad lo ha carcomido todo, los niveles de educación no permiten ejercer una ciudadanía responsable, se ha promovido la cultura del asistencialismo y el parasitismo, que instrumentaliza la pobreza e ignorancia de la sociedad.

En palabras de Alain Touriane se esta ente el proceso  de desocializacion, están en crisis el gobierno, los partidos, los cabildos, las iglesias, las familias, los medios de comunicación, la policía, el ejército; la corrupción, el narcotráfico, la impunidad, la crisis del sistema educativo y los valores se yerguen sobre la sociedad como los cinco jinetes del apocalipsis. Desde el estado, de forma aviesa y onerosa  se empujo la economía hacia un abismo fiscal sin aparentes consecuencia para los responsables.

Según informes internacionales  el país se coloco en los últimos lugares en calidad de educación y en el manejo transparente de la función publica mientras se coloco entre los primeros en despilfarro, corrupción, impunidad. En el sistema educativo nunca se acogió la necesidad de invertir lo que contribuyó a deprimir el sistema de forma alarmante. La salud lo menos que tiene  es ser un derecho, funciona como un ser vicio regenteado por aseguradores privados, que cada día limitan la cobertura del mismo para aquellos que los poseen.

La violencia e inseguridad han llegado a límites insospechados. El dominicano se ha enclaustrado, ha abandonado los espacios públicos algunos creen que incrementando las penas se reducen los crímenes, pero obvían que las desigualdades y carencias de oportunidades son factores causales de este fenómeno.

Frente a ese panorama dantesco se ha estado articulando un movimiento social, que cada día desde espacio creativos, articula reclamos  al cese de la acción pública contra los responsables del déficit fiscal, así como la implementación del 4% para la educación, partiendo del supuesto que  la educación genera equidad y potencializa los recursos humanos, y que en ser humano educado aporta mayor tasa de retorno a la sociedad. Los grandes retos serán encarar en endeudamiento externo, la crisis del aparato productivo nacional y la ausencia de  competitividad debido al costo de los combustibles y del sistema eléctrico.

El autor es Dr. en educación. 


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