Por Josefina Almánzar-Hemos leído en varios libros y escuchado en múltiples ocasiones que el gran secreto del ser humano consiste en escuchar a su corazón. Nos han dicho que es allí donde reside la felicidad y que tenemos la llave para abrir ese portal de paz, de sabiduría que sólo nosotros podemos sentir.
Sin embargo, porqué algunos seres humanos eligen seguir viviendo en la oscuridad de los días, porqué nos rehusamos a conectarnos con la verdad que se encierra en nuestro corazón, en nuestro interior.
¿Será la prisa con la que hemos elegido vivir la vida la que no nos permite reposar, detenernos?, o será que sentimos miedo de que ese corazón nos diga la verdad que no queremos ver u oír y por eso nos negamos a interiorizar poniéndonos el velo de la falsedad?.
Cuántas veces vivimos engañándonos, maquillando la tristeza, alimentando recuerdos, días del pasado. Aferrados a momentos y a personas que ya se fueron que ya cumplieron su misión al acompañarnos en una parte del camino de la vida y por no tener el coraje de escuchar el mandato de nuestro corazón, que nos dice: cierra el capítulo y continúa adelante. Seguimos deteniendo el proceso evolutivo de la vida porque al final de cuentas, el aprendizaje de la vida es individual.
Muchas veces pensamos que regalando objetos materiales hacemos felices a las personas que nos rodean. Lo hacemos muy a menudo. Incluso los más sufridos son muchas veces nuestros hijos e hijas. Nuestras parejas. Pues es más fácil, más cómodo mantenerlos comprados, “tranquilos” con objetos materiales, que asumir la responsabilidad y el coraje de hacerle el regalo de escucharlos cuando lo requiere el momento y las circunstancias.
Por qué no regalarle a nuestros seres amados el escucharlos desde el silencio de nuestro corazón. ¿Qué vale más, la expresión de regalos materiales o el amor que nace y se expresa en las profundidades de nuestro corazón?
Cuesta hacer pausas y detenernos pero cuando aprendemos a mirarnos dentro, a escuchar a nuestro corazón encontramos la llave para abrir la puerta de la verdadera felicidad.
Atrévete.
La autora es Abogada y docente universitaria.
sábado, 23 de agosto de 2014
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