.Por Venecia Joaquín.--Al observar el tratamiento que les dan a los ancianos en Alemania, me hace admirar más esta nación. Parecería que muy conscientes de lo que es la vida, pueden valorar mejor su final.
El viaje a la vida, hasta donde tengo entendido, solo se da una vez
pero no sabemos cómo ni cuándo vamos a partir de este escenario ni hacia dónde vamos. Se conoce poco de ese nuevo mundo, que una vez revestidos de muerte, salimos a explorar.
Los creyentes en Dios afirman, que si en la vida te comportas bien,
amando al prójimo como a ti mismo, va al cielo, estarás junto al Todopoderoso y serás eternamente feliz. De lo contrario, va al infierno. Los ateos no creen en un mas allá.
¿Pero, qué es la vida? A mi juicio, es llegar y abrirse paso en un
mundo desconocido, dinámico, pasando por diferentes etapas y desempeñando diversos roles, ya sea para sobrevivir, divertirse o aportar para que sea más justa y placentera. Todos, con el correr de los años vamos transformándonos.
La criatura que sale del vientre de la madre, pasa a ser un adolescente, joven, adulto, vamos a la meta final, convertirnos en ancianos.
¿Que es envejecer? Es vivir décadas acumulando un mar de experiencias, es ir dejando huellas, que de una u otra forma., quedan plasmada en la familia, en la sociedad. Es cerrar el circulo. Esto es un privilegio.
Son muchos los que en plena juventud, salen de este mundo sin haber terminado su obra. Es un llegar a la etapa final, con el cuerpo agotado para dedicarse a las reflexiones profundas y compartir interesantes lecciones. De ahi la necesidad de descansar y estar tranquilos.
Lamentablemente, hay familias y naciones donde sus gobernantes , no saben valorar al anciano. Por ese motivo, estos se desplazan por las calles, como mendigos, implorando
tarjetitas para comer un día y con pensiones que no les alcanza para las medicinas. Los asilos donde están, parecen almacenes de desechos, recordando ser antesalas del cementerio. No les dan la atención merecida, para que pasen tranquilos los últimos años de sus vidas...
Aquí, en Alemania, los envejecientes, tienen tratamiento especial. En la forma como miran parecen recordarlo y decir con orgullo “soy anciano, mucho cuidado“. El gobierno se ocupa de que se sientan en un pedestal, privilegiados como reyes. El sistema los protege.
Con sus necesidades básicas satisfechas, tienen urbanizaciones exclusivas, con casas, apartamentos, habitaciones como en hoteles, jardines por doquier, áreas de diversión, excursiones para cambiar de ambiente y hasta playas exclusivas. Ese es el producto de las naciones que buscan un desarrollo integral, armónico, justo en todos los aspectos, político, económico, social.
Aboguemos por cambiar la situación de nuestros ancianos. Su final, ya sea en sus hogares o asilos, debe ser digno. Duele verlos por las calles, con la mirada triste, manos
encallecidas y arrugadas, abandonados y haraposos, desplazándose sin rumbo, ni esperanza, avergonzados de su situación. Muchos lucharon y no alcanzaron el triunfo esperado. Otros tomaron un camino errado, que les quitó la paz. De sus lecciones, también debemos aprender.
Por el hecho de haber caminado y batallado tanto por la vida, llevando en sus espaldas un cargamento de años y experiencias, ameritan que los ayudemos a encontrar un lugar para aflojar sus cargas y esperar tranquilos, el viaje hacia otro mundo.
Los que vamos detrás, tratemos de superar sus aportes positivos. De
manera tal, que las nuevas generaciones, encuentren un mundo mejor, más hermoso, humano, armónico !Un bello jardín! , donde los árboles viejos, sean valorados y cuidados con esmero...
viernes, 29 de agosto de 2014
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