sábado, 13 de octubre de 2012

El engaño histórico de Leonel Fernández.

POR LIC .PORFIRIO NOUEL


    • El engaño histórico de Leonel Fernández y sus huestes fascistas.
      Cuando un pueblo pierde su razón de ser y es empujado hacia el abismo con una manta cubriendo sus ojos entonces Dios no es el culpable. Somos nosotros los que formamos parte de ese Pueblo que irremediablemente lo dejamos partir hacia su destrucción.
      Esta semana hemos recibido noticias de la patria chica que nos llenan de desaliento y de pesar. Nuestro pueblo ha sido engañado una vez más por gente sin corazón y sin amor hacia nuestra nación. Lo que prima es un régimen de mentiras sin paradigma alguno dándole mas valor a robo, al envilecimiento, al dolo, al narcisismo y al poder absoluto de un grupo sobre la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
      Para terminar la semana no podíamos esperar que el culpable de esta aberración se quedara callado y de la nada hablo y culpo a otros hombres que no tuvieron nada que ver con el desastre actualizado por las mismas huestes que lo llevaron a cabalgar como un jinete del apocalipsis sin control y sin valor alguno para reconocer su responsabilidad histórica ante su pueblo y ante Dios de lo acontecido en la República Dominicana en los últimos 8 anos.
      La prensa amordazada con el brillo del oro en los bolsillos de sus exponentes se hizo eco del desmadre del Príncipe y sin pensarlo o analizarlo se dieron a la tarea de acomodar las culpas lejanas del desastre actual. Desastre que irremediablemente llenara a nuestra gente de más pobreza, dolor y desesperanzas a la ya maltratada situación económica por la que atraviesa nuestro pueblo.
      Solo un narcisista puede emular este desorden. Leonel Fernández y sus huestes brillaran en la historia como los exponentes más nefastos para el bienestar de nuestra gente en la república dominicana. El tiempo nos dará la razón. Los fascistas hacen de una mentira una gran verdad pero el estomago de nuestro pueblo servirá para desenmascarar este engaño que nos ha dejado atónito y sin palabras para expresar como me siento.
      La arrogancia de este grupo no tiene paralelo alguno y las consecuencias históricas de este engaño se sentirán en las generaciones venideras sin contemplación alguna.
      Luchemos para que no se repita esta historia asquerosa y denigrante emulando la frase inmortal del Dr. Jose Francisco Pena Gómez: Primero la gente!

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