Nosotros por lo general somos muy pasionales a la hora de tomar decisiones y no nos gusta que otros opinen en tal sentido, no nos tomamos el tiempo para meditar y sopesar lo que más nos conviene, en el momento lo que anhelamos es dar el paso y luego nos queremos tranquilizar diciendo que mas da….ya lo hice…, que sea lo que está predestinado ser y cuando empezamos a ver las consecuencias de lo que elegimos, queremos justificarnos por la decisión que nosotros mismos tomamos.
Leyendo en la biblia el libro de 1ra. De Samuel cap.8, me encontré con este típico comportamiento escenificado por el pueblo de Israel, en el tiempo de los Jueces, cuando sin sopesar tomaron una decisión que les trajo consecuencias funestas a sus vidas y sus generaciones. Dios había estipulado que su pueblo estuviera regidos por jueces, ungidos por El, en vez de reyes, ya que el Todopoderoso era su Rey.
Dios había tratado con su pueblo de una manera muy directa y particular pero desde que fueron sacados de la esclavitud en Egipto, evidenciaron ser un pueblo sumamente pasional e inmediatista…- que si Moisés fue al monte Horeb y no regresaba pronto ya se apresuraron en hacer dioses fundidos y pecaron y así sucesivamente a través de los años, etc. etc….
El Señor amaba a su pueblo y siempre había estado ahí para ellos-. En esta ocasión le pidieron a Samuel que les constituyera un Rey para que los juzgara y dirigiera como tenían todas las demás naciones, en lugar de jueces. Samuel se entristeció en gran manera, pero Jehová le dijo que su pueblo había desechado a Dios como Rey y no a Él. Me imagino que sentiría nuestro Señor en ese momento, pero como es fiel y respetuoso del ¨libre albedrío¨ instituido para los hombres, dejó que ellos eligieran, no sin antes decirles las consecuencias de esa decisión, igual ellos se decidieron por un Rey, lo demás es historia. Les invito a leer 1ra, y 2da de Samuel para que se enteren.
Es evidente que en este tiempo nosotros presentamos la misma actitud, no importa que la decisión sea de orden *secular, indefectiblemente tiene trascendencia espiritual, queremos tomar nuestras propias decisiones, aún a sabiendas de lo que esto trae consigo y es que en nuestra vana manera de vivir nos creemos dueños de todo y con derecho a todo….no necesitamos a Dios…somos lo suficientemente capaces de guiar nuestras vidas y estamos viendo las consecuencias:
· Falta de amor entre unos y otros
· La vida tiene un valor muy relativo
· El amo de esta generación en el dinero, “ vales lo que tienes “.
· La familia como institución ya no tiene primacía
· Existe una clara inversión de valores; y por supuesto…
· La ausencia de Dios en las vidas es evidente
Decimos con nostalgia que el tiempo pasado fue mejor…hemos avanzado en forma exponencial en ciencia y conocimiento, pero sin lugar a dudas no hemos alimentado nuestro interior, seguimos siendo inmediatistas y superfluos, dando prioridad a lo que tenemos frente a nosotros, sin mirar más allá, olvidándonos que lo que se ve, fue creado de lo que no se ve y que cada uno de nosotros en lo más profundo de nuestro ser sabe que existe y necesita.
No perdamos la perspectiva ahora que tenemos tiempo de tomar la decisión, dejemos que el Dios Todopoderoso rija nuestras vidas y veremos la diferencia en todos los órdenes.
*Secular: terrenal, mundanal, civil.
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