El tesón de un presidente se prueba no durante una aburrida rutina sino en una crisis.
Así que un tsunami en Hawai (que no causó mayores daños) y la posibilidad muy real de que una tormenta masiva golpee la costa este de Estados Unidos están obligando a los candidatos presidenciales, Barack Obama y Mitt Romney, a modificar sus cálculos cuando falta poco más de una semana para las elecciones.
De esto se trata el liderazgo. Puede ser, incluso, una prueba vital del temperamento. Algunos políticos se sentirían irritados con esta interrupción a sus planes de largo aliento. Otros, por el contrario, aceptarían con gusto estas novedades.
Los meteorólogos de los canales de noticias están teniendo problemas con la bola de cristal del clima. No ha habido una amenaza como esta en 30 años, dice uno de ellos.
Pero pueden estar equivocados.
Clima y campaña
El presidente, Barack Obama, canceló algunos actos de campaña para estar en la Casa Blanca el lunes por la noche, cuando la tormenta puede golpear la costa este de Estados Unidos.
Mitt Romney, su rival republicano, ha suspendido sus planes de visitar el estado de Virginia.
Más vale prevenir que curar.
En agosto, los republicanos cancelaron el primer día de su convención por la cercanía de una tormenta tropical. Terminaron siendo unos días con lluvia y viento, no más grave que una jornada promedio en un invierno británico.
Pero la memoria del huracán Katrina (y la sugerencia de que el daño que causó a Nueva Orleans fue ignorado cruelmente) está grabada fuertemente en la conciencia colectiva.
Los republicanos perdieron un día de su convención por una abundancia de cautela, pero no les hizo ningún daño.
Esto también puede terminar en nada.
O podría ser un momento definitivo.
Reto presidencial
Obama tiene que mostrarse como un líder que tiene la situación controlada. Tendrá que ponerle coto a su tendencia reciente de hacer chistes y burlas, que de todos modos puede no ser algo malo.
Romney tiene un reto difícil: tiene que parecer presidencial sin hacerse cargo de las responsabilidades. No puede aparecer en las zonas de desastre estorbando y explotando la tragedia políticamente. Pero sí tiene que encontrar el tono adecuado.
Yo vivo con mi familia cerca de donde golpeará la tormenta y ya sabemos de los problemas que puede causar el clima estadounidense.
Es aterrador.
Millones de personas estarán muy nerviosas en los próximos días.
Los políticos también.
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