jueves, 4 de septiembre de 2014

El éxito frustrante del veto

La lucha protagonizada por la ciudadanía y los sectores vinculados a la empresa minera Falcondo, los primeros en defensa de la preservación de Loma Miranda y los segundos interesados en su destrucción, culminó ayer en esta fase del conflicto con el inexplicable veto presidencial a la Ley que, por mayoría calificada del Congreso de la República, declaraba a Loma Miranda parque nacional, a modo de protegerla de las pretensiones de la minera multinacional.
    
La decisión presidencial ha sido desconcertante sobre todo porque el Gobierno tuvo suficiente tiempo y poder para manejar el conflicto de otra forma y no dejarlo crecer espontáneamente, facilitando que las fuerzas enfrentadas se polarizaran y se agitaran a tal nivel que Loma Miranda se convirtiera en una causa nacional y patriótica, hasta el punto que los congresistas, interpretando el clamor de las mayorías casi a unanimidad, aprobaron la Ley para proteger a tan simbólico santuario ecológico. Es por eso que la decisión presidencial resultó desconcertante, extraña y preocupante, sobre todo si se considera que al Presidente Medina se le atribuyen dotes de político previsor, articulador, planificador y estratega en las lides de la política.
    
El impacto de la decisión presidencial ha sido de frustración relativa para todos los involucrados en el conflicto. Frustración para la mayoría de la población que abrazó la idea del Parque Nacional. Frustración relativa para la empresa, porque aunque la decisión presidencial deja abierta la eventualidad de la explotación, la misma queda prohibida hasta que no se tenga un estudio de impacto ambiental profesional y válido de la zona, al tiempo de que todo se pospone hasta que el Congreso elabore y apruebe la Ley de Ordenamiento Territorial contemplada en la Constitución de la República. Y frustración para el Presidente que se vio entrampado a última hora, tomando una decisión infortunada en la que echa por el suelo el largo período de “luna de miel” con una población que hasta ahora le ha brindado todo su apoyo y favoritismo. El gobierno de Medina podrá ser otro muy distinto de ahora en adelante, mucho menos admirado y respetado.

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