miércoles, 17 de diciembre de 2014

Memorias de un rectorado

Monseñor Agripino Núñez presentó a la comunidad académica y nacional las que habrán de ser sus últimas memorias como rector de la PUCMM, universidad a la que ha estado ligado desde su fundación y de la que ha sido su rector magnífico desde el 1970 hasta enero del venidero año 2015. Al presentar su última rendición de cuentas, Monseñor deja un legado formidable al haber entregado a la Comunidad Nacional una universidad consolidada y de gran prestigio, reconocida por la excelencia  académica en la formación de los recursos humanos que requiere el país para su desarrollo.
    
Esa mística de la Madre y Maestra se fue forjando desde su origen y le tocó precisamente a Monseñor Núñez, ser su gran arquitecto a lo largo de su largo y fructífero rectorado, luego de haber sorteado con inteligencia social y astucia las dificultades que representaron las dos crisis sufridas por la joven universidad en los años 1971 y 1973, crisis en las cuales se enfrentaron las autoridades universitarias que él encabezaba con el movimiento estudiantil asociado a núcleos académicos “en conflicto”. En esa ocasión el rector supo fortalecer su dominio, contando con el apoyo decidido de actores legitimadores fundamentales miembros prominentes del famoso Grupo de Santiago, cuyo liderazgo a través de la Asociación para el Desarrollo, Inc. promovía con el apoyo de los EEUU y del Gobierno dominicano, el nuevo modelo de desarrollo nacional basado en el fomento de la iniciativa privada, que sustituyó al viejo modelo estatista de la tiranía, para lo cual la universidad santiaguera, pionera en su género de universidad privada, era pieza clave para la formación de los profesionales en aéreas estratégicas y desconocidas en el país que sustentaron el desarrollo social, educativo, industrial y del mundo de los negocios en general.
    
Hoy día la PUCMM exhibe un amplio currículo con ofertas de grado, posgrado y especialidades que se han ido desarrollando de acuerdo, como lo dice su rector, “a los nuevos signos de los tiempos” y siempre manteniendo la mística y rigurosidad académica que le dieron su marca distintiva. A medida que la PUCMM se proyectaba en el país, Monseñor fue también proyectando su liderazgo, convirtiéndose en la máxima figura del diálogo y la concertación nacionales, contribuyendo a la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales y a la mejor articulación de los poderes.
    
La Nación y los santiagueros deben sentirse más que satisfechos y congratulados por  haber contado dentro de sus congéneres a una personalidad que ha alcanzado la mayor distinción dentro del liderazgo nacional, por su fructífera labor contenida en una hoja de vida que hoy entrega  a la consideración de todos.
¡Congratulaciones, Monseñor Núñez!

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