martes, 10 de diciembre de 2013

Gobierno y electricidad

El Gobierno del Presidente Medina tiene en materia energética su mayor debilidad. El país no avanza en su lucha contra este flagelo eléctrico que abate la competitividad económica de la Nación y que pesa muchísimo en la vida familiar, comercial, industrial y ciudadana. Frente a ese  problema que significa una pesadísima carga financiera para el Gobierno con un subsidio de más de mil millones del dólares al año y una elevadísima factura para los consumidores, el Gobierno ha cifrado su esperanza en dos plantas a carbón para transformar la llamada matriz energética  de modo que la misma se base en insumos de  bajo costo.
    
Esas dos plantas que producirán 650 megas dentro de tres o cuatro años, cuando estarían instaladas y en operación,  constituyen soluciones necesarias y obligadas. En ese orden el gobierno está haciendo algo de lo que hay que hacer. Sin embargo, esas soluciones sin que se tomen las medidas estructurales imprescindibles, son una clara señal de que vamos por mal camino y que es poco lo que se está haciendo en materia de energía.  
    
Según se ha establecido, lo que hay que atacar, mediante una efectiva planificación y aquí si cabe estratégica, además de asegurar un plan de expansión de mínimo costo tal como se haría con las plantas a carbón, es también  el problema de la red de transmisión para resolver simultáneamente las pérdidas técnicas y los ilícitos económicos (robo) que hacen financieramente inviables al sistema. Asimismo, y esto es lo más importante, se debe atacar con valentía e inteligencia social el problema de los sobrecostos en la generación y que se reflejan en el hecho verificado de que la matriz de generación consume un 51% de insumos en base a petróleo y se está pagando  como si fuera un 70%, lo que hace que en vez de generar a un precio de 12 centavos de dólar el Kilo se pague a 22 o 23 centavos. 

Lo inaceptable    

Es inadmisible e insoportable que generadores que venden energía producida con agua se les pague como si fuera con petróleo; que generadores que producen a carbón o gas, se les pague como si fuera con petróleo;  o generadores que producen con viento o  energía solar se les pague como si produjeran con petróleo. Esa aberración “salvaje” originada en la “capitalización” hay que enfrentarla y regularizarla para que la estafa de la capitalización no siga explotando despiadadamente al consumidor de energía en la República Dominicana. Y eso es lo que tiene que enfrentar el Gobierno, si quiere ponerse en el camino de resolver el problema energético. Lo demás es entretenimiento e ineptitud. Ese problema del sobrecosto es lo que hay que atacar, porque no sólo es el máximo responsable del subsidio, sino lo peor, ha causado la formación de un poder fáctico que explota y aplasta al Gobierno y al hombre dominicano. 
    
El problema eléctrico se conoce muy bien y su solución también es conocida, sólo espera  del coraje de un gobierno que se comprometa con la “liberación dominicana” tal como se lo propuso el Prof. Juan Bosch cuando decidió formar  al Partido de la Liberación Dominicana. 

¡Qué no se pierda más tiempo!   

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