El gobierno de Danilo Medina inició el proceso de la “liberación dominicana” en materia energética, al dejar iniciados los trabajos para la instalación de dos plantas a carbón, las cuales habrán de generar unos 700 megas, modificando sustancialmente la matriz de generación siguiendo la estrategia del “mínimo costo”, de modo que ésta esté basada en plantas con insumos más baratos que los derivados del petróleo. La inversión ha sido estimada en unos 1,900 millones de dólares, que lamentablemente elevarán aun más la deuda externa del país, aunque es el tipo de deuda deseable por ser rentable para el país. La decisión del gobierno se encamina por el camino correcto, al decidir invertir en una verdadera prioridad para el desarrollo, que además permitirá resolver uno de los problemas de mayor gravedad que gravita sobre la economía y la población dominicana.
Hay que recordar que el problema energético de la República Dominicana, que viene desde hace décadas, se agravó con la “capitalización”, proceso que se vendió bajo la expectativa de que con ella desaparecerían los apagones, los déficits y los subsidios, y la energía servida a la población sería más barata, de mayor calidad y continua. Toda esa intención resultó un engaño y los únicos que se han beneficiados son los generadores. Los apagones son de mayor envergadura y generalizados, la tarifa se elevó para todo los consumidores, el subsidio pasó de unos 200 millones de dólares al año a más de 1,000 millones, hasta llegar a cifras que ya el gobierno ha tenido que reconocer públicamente que no es posible seguir así.
El propio Presidente se encargó de definir la gravedad del problema, cuando en su discurso de inicio del proyecto, asoció las serias dificultades al afán de lucro de los generadores quienes se han negado a una renegociación de los contratos, sencillamente porque la “capitalización” tal como fue concebida y aplicada los convirtió en el único sector que gana mucho dinero con el problema, por haber sido privilegiado con fórmulas que han determinado sobrecostos entre unos 4 a 5 centavos de dólar por kilo generado y vendido, que significan al año entre 400 a 500 millones de ganancias extras. El Presidente mismo destacó en sus palabras que en los últimos nueve años el subsidio se ha tragado más de 8,000 millones de dólares, sin que ello haya significado ningún beneficio y por el contrario el sistema avanza para que la situación sea cada vez más insostenible.
Ahora, renegociación
Por eso el proyecto de las dos plantas a carbón vendría a modificar la matriz de generación para que la proporción de energía generada con insumos baratos sea mayor, al tiempo que el Estado pueda forzar a que los generadores entren a una negociación que ha de tener como objetivo central eliminar la estructura del sobrecosto.
Por eso decimos que las plantas a carbón es un acto de “liberación nacional” que debe ser seguido por un segundo acto patriótico que es la “renegociación” para la eliminación en los contratos y en la permisividad de los privilegios que determinan el sobrecosto.
¡Forzar a la renegociación será el logro más grande del Presidente Medina!
miércoles, 18 de diciembre de 2013
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