Las calles de la ciudad comienzan a congestionarse por la cantidad de gente que sale de compra para agasajar a los familiares, amigos y relacionados. El comercio se activa y el clima de la época menos caluroso nos anuncia que “están llegando los fríos” de la Navidad y del Año Nuevo. El ambiente se hace festivo y se recrea la alegría colectiva que busca olvidarse de los problemas habituales del tránsito y de la delincuencia que hacen pesada y angustiosa la vida en la ciudad.
Nos preparamos para el disfrute y el olvido. Sin embargo, la época es buena también para los delincuentes y los criminales que parece que andan por todos los espacios, atracando y asaltando locales, casas y personas, con frecuencia con saldo trágico, por estar la gente más desprevenida por efecto del contagio navideño propio de la época. Por eso es recomendable que se tomen todas las precauciones en los hogares, también en las calles y en los establecimientos comerciales, de modo que se eviten los desagradables momentos que pasan todos los que son víctimas de la malvada delincuencia que acosa a toda la población.
Evitemos, con el mayor cuidado, amargar la mejor época del año para compartir en familia y en comunidad de forma fraterna, alegre y agradable. La advertencia es oportuna para que el cuerpo del orden, la Policía Nacional, muy desafiada por la delincuencia y la criminalidad, redoble sus esfuerzos para que le prodiga protección a la ciudadanía, de modo que en esta Navidad reine la paz y la felicidad en los hogares dominicanos.
¡Alégrese con cuidado y felicidades!
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