Sorpresa y conmoción ha causado el fallecimiento del diseñador de moda dominicano de mayor fama mundial, Oscar de la Renta. Este gran dominicano, a través del manejo del arte del diseño, se proyectó en el alto mundo del espectáculo de la moda, llegando a ser uno de los más sobresalientes exponentes de esa especialidad en el plano internacional, vistiendo con sus diseños espectaculares a las más elevadas personalidades y celebridades del mundo. Sin duda alguna su proyección en este mundo globalizado lo colocó en el sitial que solo muy contados dominicanos han logrado alcanzar. Fue en ese sentido de los pocos nacionales que se pueden calificar de dominicanos desarrollados. Su fama mundial y su vinculación con sus raíces criollas, contribuyeron a consolidar la marca país dominicana, especialmente reforzando la imagen internacional de la República como destino turístico. Contribuyó a ese propósito sus relaciones con otras personalidades de fama mundial que junto a él radicaron sus villas veraniegas en la famosa zona turística de Punta Cana, fortaleciendo su atractivo social y turístico en el plano internacional.
En su largo e intenso trajinar por el mundo, este distinguido y afamado dominicano sacó tiempo para dedicarlo a nobles causas, impulsando iniciativas de beneficencia tanto aquí como en elexterior, y poniendo de manifiesto sus virtudes humanitarias, las que junto a su gran talento como diseñador y expositor de desfiles de modas, lo hicieron merecedor de variados reconocimientos a nivel mundial.
La muerte de este ícono dominicano del diseño constituye una irreparable pérdida para el país por sus valiosos aportes a la mejor dominicanidad.
¡Paz a su alma!
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