lunes, 13 de enero de 2014

Reacción Sintomática

El Administrador Fiscal no debe contemplar con ligereza la protesta del sector detallista del comercio nacional, que rechaza el proyecto de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) encaminado a instalar las impresoras fiscales, destinadas a eliminar o, por lo menos, minimizar la evasión en el pago de tributos al consumo, el famoso “impuesto a las transferencias de bienes industrializados y servicios”, popularmente conocido como itebis.
    
La conducta elusiva en el pago de tributos se hace presente en los pueblos cuando se siente la exacción, un sentimiento explicable por dos razones subjetivas, que las más altas autoridades del Gobierno Dominicano deben preguntarse si se encuentran presentes en la vida dominicana de estos días. Esas dos razones son: el natural resentimiento de los integrantes de una sociedad, a cubrir los gastos de las estructuras creadas para el servicio colectivo; y la sensación de que aceptado que se impone ese sacrificio, debe no solamente ser universal y conforme a justicia, sino equitativo y en virtud de los ingresos de cada quien.
    
El primero de estos sentimientos no es privativo de la sociedad dominicana, sino que ha sido detectado por estudiosos de la cuestión social en muchos otros grupos humanos desde antaño y casi por lo que entonces vendría a convertirse en una regla de generalización, también tal resentimiento es propio de los dominicanos. Pero el origen de tal actitud humana tiene su contraparte en el dispendio de los recursos captados idealmente para el sostenimiento de las estructuras creadas para el servicio de las comunidades sociales. Cuando el contribuyente percibe que tales recursos no tienen el destino propio de los mismos, tiende a litigar ante el reclamo del pago de los tributos.
    
Sin duda eso está ocurriendo desde hace algunos años y muchos grupos intermedios de la sociedad dominicana han planteado la rectificación de las cuentas del gasto público, por juzgar que el gasto expansivo sirvió en determinados instantes a la satisfacción del clientelismo político y no a procurar el bien común.
    
Tal vez en esta percepción, se encuentra la clave de estas paralizaciones del sector minorista del comercio, que cuenta con el respaldo de muchos mayoristas, por entender, unos y otros, que se dan las características de la exacción. Por eso sostiene este diario, estos paros no deben tomarse a la ligera, sino que deben ser vistos como reacciones propias de cuantos entienden que, sobre todo los impuestos directos al consumo, son elevados y por derivación, injustos.
    
Es por ello que este diario llama al Administrador Fiscal para que no mire con ligereza estos cierres de establecimientos minoristas del comercio, pues a ojos vista interpretan el sentir de mayorías populares entre los dominicanos.

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