(Garanhuns, 1945) Político brasileño, presidente de Brasil entre 2003 y 2010. Al frente del país promovió un programa que tenía como prioridad erradicar la pobreza con políticas sociales y liquidar la deuda con el Fondo Monetario internacional (FMI). Pese a los escándalos de corrupción en los que se vio envuelto durante su primer mandato, Lula da Silva volvió a imponerse en las presidenciales de 2006.
Lula da Silva
Luiz Inácio da Silva nació en Garanhuns, estado de Pernambuco, el 27 de octubre de 1945, séptimo de los ocho hijos (cinco varones y tres hembras) del matrimonio de campesinos analfabetos formado por Arístides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo (doña Lindu).
Hasta los cinco años no conoció a su padre, estibador en São Paulo, del que trazó un retrato cruel en una biografía autorizada, acusándolo de ser un alcohólico, «un pozo de ignorancia», y de estar más interesado por su perro que por su numerosa y hambrienta prole. La madre y los hijos, huyendo de la miseria, se trasladaron a Guarujá en 1952 y después a Santos, la aglomeración portuaria paulista. El matrimonio se separó en 1956.
Del sindicalismo a la política
Luiz Inácio, al que sus familiares apodaban Lula, compaginó la escuela primaria con el trabajo como limpiabotas, vendedor ambulante y recadero. Siguió un curso en el Servicio Nacional de Industria, para la formación profesional, y se especializó como tornero mecánico en 1963. Trabajó en varias empresas metalúrgicas y perdió el dedo meñique de la mano izquierda en un accidente laboral en 1964, el año en que se instauró la dictadura militar.
En 1966 fue contratado por Industrias Villares, de São Bernardo do Campo, donde se inició en el sindicalismo de la mano de su hermano José (Frei Chico), militante comunista, detenido y torturado por los militares. En 1972 fue elegido secretario del sindicato metalúrgico local, que pasó a presidir tres años más tarde, y se convirtió en líder de 90.000 obreros de la zona industrial más importante del país.
Lula fue el principal promotor de las grandes huelgas y manifestaciones que debilitaron el poder de la dictadura y aceleraron su caída. El 10 de febrero de 1980, al amparo de la amnistía y la tímida apertura, fundó en São Paulo el Partido de los Trabajadores (PT), de orientación socialista, con apoyo sindical y de varios intelectuales, clérigos y profesores.
En abril del mismo año, encabezó una huelga de cuarenta y un días, duramente reprimida, en la que participaron casi 300.000 trabajadores paulistas y que le valió un mes de arresto. Acusado de desórdenes públicos, una corte marcial lo condenó a tres años y seis meses de cárcel, pero la sentencia fue anulada en apelación. El 26 de agosto de 1983, varios sindicatos paulistas se fusionaron en la Central Única de Trabajadores (CUT), vinculada al PT.
Restablecida la democracia, en las elecciones constituyentes del 15 de noviembre de 1986, el PT fue la primera fuerza de la izquierda, con el 6,9% de los votos y 16 diputados, Lula entre ellos, que defendieron con ahínco algunas de las reivindicaciones de la CUT: derecho de huelga, reducción de la jornada laboral, vacaciones parcialmente pagadas y revisiones salariales en función del coste de la vida. En las elecciones municipales del mismo año, el PT obtuvo un éxito sin precedentes al lograr treinta y seis alcaldías de ciudades tan importantes como São Paulo, Pôrto Alegre y Vitória.
Nuevo líder de la izquierda
En la segunda vuelta de las primeras elecciones presidenciales directas, el 17 de diciembre de 1989, el populista Fernando Collor de Mello, con el respaldo de todas las fuerzas centristas y de derecha, derrotó a Lula, pero éste obtuvo el 47% de los votos. Por primera vez en Brasil, un líder obrero presentó un programa alternativo, de ruptura con el sistema, que incluyó un salario mínimo, la lucha contra la inflación y la reforma agraria.
Por iniciativa de Fidel Castro, por el que mantiene una inquebrantable admiración, Lula convocó en 1990 el I Encuentro de Partidos y Organizaciones de Izquierda de América Latina y el Caribe, conocido como Foro de São Paulo, pacifista y antiglobalizador, que reunió a más de sesenta partidos y organizaciones guerrilleras de veintidós países.
Durante el transcurso del primer congreso nacional del PT (1 de diciembre de 1991), reelegido presidente, propugnó una revisión ideológica en nombre de la moderación, que implicó la renuncia de la lucha armada. El PT fue definido como «partido socialista» que rechaza tanto el capitalismo liberal como el socialismo soviético, pero también la socialdemocracia. Lula lo comparó a la sazón con un árbol de tronco socialista cuyas ramas eran lo bastante flexibles como para incluir diversas corrientes, desde los trotskistas hasta los ecologistas y los teólogos de la liberación.
Consagrado como líder de la nueva izquierda, superados los inconvenientes de las escisiones de los grupos más radicales, el PT encabezó la campaña popular y las movilizaciones contra la corrupción que precipitaron el juicio y la dimisión infamante del presidente Collor de Mello en diciembre de 1992. En las nuevas elecciones presidenciales de octubre de 1994, Lula fue derrotado en la primera vuelta por Fernando Henrique Cardoso, pero su partido logró la elección de dos gobernadores, cuatro senadores y cincuenta diputados. En el X Encuentro Nacional del PT, en agosto de 1995, abandonó la presidencia ejecutiva y fue aclamado como presidente honorario.
Volvió a competir por tercera vez en las presidenciales de octubre de 1998, en las que llegó a la segunda vuelta y fue derrotado con el 31,7% de los votos, si bien fue el candidato más votado en diez capitales -São Paulo, Río de Janeiro y Bahía entre ellas-, y el PT mantuvo su ascenso con la conquista de tres estados. Resultó evidente que Lula tenía que ampliar su base electoral, mitigando el radicalismo de su programa, para seducir a las clases medias, si deseaba la conquista del poder. No obstante, por iniciativa del PT, en abierto desafío de los poderes mundiales, se celebró en Pôrto Alegre el primer Foro Social Mundial (enero de 2001), como una alternativa del Foro Económico Mundial que al mismo tiempo se celebraba en Davos (Suiza).
Evolución ideológica
El viraje estratégico se produjo al comienzo de la campaña electoral a fines de 2001, cuando los asesores de Lula adoptaron una visión menos radical del combate político y convirtieron al líder obrero en un político profesional. Bajo la dirección de Duda Mendonça, verdadero gurú del marketing político encargado de la campaña electoral, el presidente del PT experimentó una verdadera metamorfosis en su apariencia, eliminó de su programa cualquier referencia al socialismo y se alió con el magnate textil José Alencar, del Partido Liberal, designado candidato a la vicepresidencia. Los asesores impusieron una imagen inédita del candidato, menos hosca, con traje y corbata, padre y esposo afectuoso, que no desdeñaba las manifestaciones populistas.
Lula se comprometió a respetar el acuerdo entre el gobierno de Cardoso y el Fondo Monetario Internacional (FMI), «un pacto de transición» que obligaba a mantener la austeridad presupuestaria a cambio de los préstamos internacionales que garantizaban la estabilidad financiera.
Con esta decisión culminó la evolución ideológica de un líder genuinamente obrero acuciado por las contingencias del pragmatismo político, que pasó de predicar «la ruptura con el sistema capitalista» a plegarse a las exigencias de los mercados financieros, pese a las protestas de los militantes más radicales del PT. El tándem Lula-Alencar recibió el apoyo de numerosos patronos, de los ex presidentes José Sarney y Gustavo Franco, y de algunos sectores militares seducidos por los acentos nacionalistas y desarrollistas de su programa económico.
Presidente del Brasil
La política brasileña experimentó un auténtico terremoto cuando Lula da Silva fue elegido presidente de la república en la segunda vuelta de las elecciones, el 27 de octubre, con más de 50 millones de votos (el 61,27 %), convirtiéndose en el candidato más votado en la historia de Brasil. La victoria del candidato de los pobres, que en la primera vuelta, el 6 de octubre, había logrado el 46,44% de los sufragios, marcó un hito en Latinoamérica, pues se trata de la primera vez que la izquierda radical llega al poder por medio de las urnas. Lula tomó posesión el 1 de enero de 2003.
Aunque el impulso electoral de Lula convirtió al PT en el primer partido en ambas Cámaras del Congreso, el nuevo presidente sólo podía contar con el respaldo de 180 de los 513 diputados y de 30 de los 81 senadores, lo que le obligaba a una negociación permanente para sacar adelante sus proyectos, como exige un régimen presidencial de coalición. Paradójicamente, el éxito no se reflejó en los niveles estatal y municipal, ya que el PT fracasó en São Paulo, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Bahía y el Distrito Federal.
El nuevo presidente de Brasil, con la hegemonía indiscutible de su partido en la izquierda, tiene como prioridades la reforma agraria y el combate contra la pobreza, pero afronta un doble y contradictorio desafío: encontrar las mayorías necesarias para propulsar las reformas necesarias sin alarmar a los poderes fácticos, tanto nacionales como internacionales, y calmar las lógicas impaciencias de los obreros, los campesinos sin tierra y las clases medias empobrecidas.
Lula se casó en 1967 con María de Lurdes, trabajadora del sector textil. La joven quedó embarazada y contrajo una hepatitis que no fue diagnosticada a tiempo. Madre e hijo murieron en el parto. Viudo, se relacionó con la enfermera Mariam Cordeiro, con la que tuvo una hija, Lurian. En 1974 se casó con su actual esposa, Marisa Letícia da Silva, viuda y madre de un niño, con la que tuvo tres hijos más.
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