No hay quien se resista a la majestad de un amanecer y la espectacular expresión de su rutina única, pero vital.Igual deberíamos imitar al astro rey, que no finge, no simula, no dice: soy tímido. Todo en su ritual es un acto genuino, no esconde un solo rayo en su interior, da todo y lo da continuamente.
Con su avasallante poder quema cualquier interferencia que obstruya su paso hacia la Tierra y en solo ocho minutos la toca, le calma el frío de la noche y la arropa de besos y tibieza.
¿Por qué no ser iguales con la verdad que llevamos dentro? ¿Por qué dejarla enjabonada en el pecho, rondando vagabunda en el alma como gases nebulosos? Sólo la verdad te hará libre. ¡Exprésate! ¡Brilla!
Con su avasallante poder quema cualquier interferencia que obstruya su paso hacia la Tierra y en solo ocho minutos la toca, le calma el frío de la noche y la arropa de besos y tibieza.
¿Por qué no ser iguales con la verdad que llevamos dentro? ¿Por qué dejarla enjabonada en el pecho, rondando vagabunda en el alma como gases nebulosos? Sólo la verdad te hará libre. ¡Exprésate! ¡Brilla!
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