jueves, 7 de febrero de 2013

Liderazgo que transforma la conciencia humana


La palabra siempre ha tenido un poder cautivador en las personas. Quien domina la palabra tiene el don de mover masas, crear revoluciones, controlar mentes, etc. La coherencia entre lo dicho y lo realizado es el fundamento por el cual se logra ganar adeptos, y se alcanza de este modo, ver concluidos muchos de los proyectos de las aspiraciones humanas. 

El estudio de la conducta humana permite que se conozca las realidades complejas que se guardan en lo más profundo del corazón, que suelen verse reflejadas constantemente en las actitudes mostradas en la mutua relación que se efectúa en el trato con los individuos.
    
Líderes, de esta manera se le llama a las personas que por sus cualidades, méritos o por su alto grado de voluntad consiguen el aprecio y la atención de un público determinado; con el propósito de obtener algún beneficio personal o comunitario. 

Por eso, cuando la situación de un pueblo se dificulta, son ellos, quienes logran estabilizar y buscar una solución a dicho dilema, porque asumen el compromiso de analizar las diferentes posturas que originó la división, y presentar propuestas que devuelvan la paz y la armonía a todos los ciudadanos del lugar.
    
Sin embargo, de la misma forma como se encuentran líderes que entregan parte de su tiempo y de su existencia para mejorar la vida comunitaria de las naciones, también así, aparecen personas que se preocupan por promover una cultura de muerte y de destrucción, seres humanos que su felicidad radica en maltratar al otro, y como no consiguieron lo que anhelaban, se gozan ahora, haciéndole la vida imposible a los demás, para que estos tampoco vean cumplidas sus metas.
    
El mal ha querido adueñarse del mundo, se ha vuelto una epidemia colectiva, pretendiendo matar la esperanza, que por ley natural llevan por escrito todo ser racional, y aunque muchos se afanen por expandir un liderazgo que anestesia la conciencia humana, que pongan a las personas a caminar como zombis; criaturas que las influencias negativas de su exterior forjan que ignoren lo que son por dentro, incluso, creyéndose incapaces de luchar y defender los derechos y deberes de quienes los necesitan. Un ser humano se levanta dentro de la multitud cada día, gritando hasta que algunos despierten del sueño que los entorpece y deja que los estafadores se apropien de su libertad. 
    
Siempre el mundo se verá necesitado de líderes; por la misma condición humana, pues, nunca del todo se está de acuerdo en lo que persiguen las personas que viven en sociedad. Existen costumbres y circunstancias dada que propician que la convivencia no se logre en su totalidad, y el factor educación en este sentido, juega un papel muy importante, ya que según los niveles de aceptación que tenga la educación en un país, mayores serán la presencia de sus líderes, pero si el panorama es todo lo contrario, se vivirá permanentemente en un caos, en una eterna crisis que no conocerá jamás la solución.

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