La vida es un Carnaval

Josefina Almánzar.

Hoy comienza febrero y con el  varias celebraciones y conmemoraciones en nuestro folklórico país: fechas patrias, Día del Amor y la Amistad y desde ya vemos las calles vestidas de Carnaval. Decía Celia Cruz, una de las grandes salseras del mundo, en su última producción discográfica que la vida es un Carnaval, frase con la cual estoy totalmente de acuerdo si nos colocamos en una posición de observadores, de espectadores.
    
En la vida de los seres humanos nos pasa de todo. Hay risas, tristezas, lágrimas.
    
En un momento somos protagonistas de la obra de la vida y otras veces somos simples espectadores. A veces la pelota está en nuestro terreno pero otras veces tenemos que lanzarla a otra parcela aunque nos duela, tenemos que dejarla ir hasta ver adónde va a correr.
    
Unas veces la vida nos viste de fiesta, de sonrisas, de cascabeles y múltiples colores, y otras tantas utilizamos máscaras, disfraces, caretas, como medios de protección para poder ocultar nuestro dolor, nuestras penas y sueños inalcanzables.
   
 A veces, en este Carnaval de la vida nos encontramos con personajes pintorescos y amables, con disfraces lujosos cuyos objetos y preciosas lentejuelas nos llaman la atención pero que cuando se quitan el disfraz de los brillos nos llevamos una gran decepción. Otras veces, despreciamos a los que llevan el disfraz de la miseria, a los que representan la muerte, la enfermedad, la injusticia, la pobreza porque como seres humanos no queremos aceptar esas realidades, no queremos que nos lleguen y evitamos verle el rostro. Ignorando que en esas máscaras de la vida está el mayor crecimiento del ser humano.
    
Y así vamos viviendo entre pitos y cascabeles, entre caretas y máscaras, poniéndonos unas veces el disfraz de la alegría y otras tantas el disfraz de la tristeza.
    
Pero lo mejor del Carnaval es que al fin y al cabo todos y todas nos expresamos como lo que somos o simplemente pretendemos ser.......

La autora es abogada y docente universitaria.