martes, 26 de febrero de 2013

¿Desea ver días buenos? Busque la paz, refrene su lengua del mal y hable el bien

Maricela Ortiz-
    

“Porque: 
El que quiere amar la vida 
Y ver días buenos, 
Refrene su lengua de mal, 
Y sus labios no hablen engaño;”
                                                                                                        
No hay mejor aporte que la paz para conservar la vida, el dar gracias a Dios, el aprender a manejar las emociones cuando llegan situaciones atrayentes o repulsivas. No importa lo que venga a su vida, aprenda a mantener la calma  por encima de toda adversidad. “Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.” IS.57.2  
    
Las personas que saben manejar sus emociones, y todas aquellas que han puesto su confianza en Dios son más duraderas. Aprenda a tener paz en medio de la tormenta. La quietud proviene de estar consciente de que Dios, el Padre, es nuestro ayudador, nuestro proveedor, nuestro sanador y el que pelea por nosotros.
    
Muchos buscan conciliación en los deleites de este mundo, ésta es temporaria, pero Jesús fue muy específico cando dijo en JN.14.27  “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”  
    
Las naciones se mueven bajo un falso concepto de paz, la cual no es la que Dios ofrece a los hombres. “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” HCH.10.36
    
El reposo es producto de caminar en la palabra, de tener a Jesucristo y al Espíritu Santo guiando nuestras vidas; de saber que en Dios está nuestra confianza, que aunque un ejército acampe a nuestro alrededor, nosotros estaremos confiados. No hay nada más satisfactorio que tener a Cristo en nuestras  vidas, pues cuando él está, su presencia nos llena de paz y nuestras vidas florecen. 
    
Las personas hoy día llevan un estilo de vida muy estresante y agitada; y debo decirle que el estrés es letal para la salud. Las tortugas duran muchos años de vida, precisamente porque cuando ellas sienten algún movimiento fuera de su ritmo que peligra su vida, rápidamente se protegen dentro de su caparazón. Ellas viven confiadas nada ni nadie las entra en presión.
    
Cuando vengan momentos difíciles a su vida, tenga paz, deposite su confianza en Dios, su agitación y desespero  no van a  aportar en nada, más bien dañan su sistema nervioso y esto  aumenta más el problema.      

Leamos lo que Jesús nos dice en JN.16.33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” 

Las buenas relaciones con los demás también, añaden bienestar de salud a nuestras vidas. Viva en paz con todos.   No importa la circunstancia,  la paz es vida.  Recuerde esto: “Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela!” SAL.34.14  
    
Haga tiempo en la presencia de Dios y busque su rostro, él traerá sosiego y armonía.
   
 “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” RO.8.6  Llevar una vida de paz incluye vivir en Jesucristo, dice en  IS.26.3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”

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