viernes, 26 de julio de 2013

Víctimas de la corrupción


En los últimos días estamos asistiendo atónitos a una sucesión de escándalos que tienen su origen en la supuesta financiación en B de uno de los principales partidos políticos de nuestro país: el Partido Popular. Según la documentación hecha pública por El País y El Mundo, dicho partido ha aceptado durante años entregas ilícitas de dinero por parte de empresas de diversa índole, principalmente constructoras, que luego han obtenido suculentos contratos con la administración.
Además, según reconoce el propio Bárcenas, el dinero también era utilizado para hacerentregas en efectivo a los principales líderes del partido, entre los que se incluye ni más ni menos que el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Llegados a este punto cabría preguntarse también como un simple tesorero llegó a amasar los más de 40 millones de euros que tenía ocultos en cuentas bancarias en Suiza.

Mientras tanto, los ciudadanos de a pie seguimos cargando sobre nuestras espaldas con el peso de la crisis. Ya basta de que nos pidan sacrificios y de lidiar con recortes en salarios y en partidas presupuestarias básicas mientras la noticias de corrupción salpican a las instituciones fundamentales sobre las que descansa la democracia: los partidos políticos.
En esta ocasión nos referimos a la contabilidad no oficial del PP, pero bien podríamos habernos centrado en los escándalos de los EREs en la Junta de Andalucía o en cualquiera de los casos que día sí y día también saltan a los medios de comunicación y ponen de manifiesto que la corrupción en España está a la orden del día entre la clase política.
Esa marca España de la que tanto gozan hablar nuestros políticos se está viendo enormemente dañada en los últimos meses. Tanto es así que sólo es cuestión de tiempo que los inversores extranjeros cojan miedo a nuestra economía y metan a España en el mismo paquete que a la Italia de Berlusconi o a la quebrada Grecia. Nuestro país es una víctima de la corrupción política.
Como ya señaló el compañero Jesús Martínez ayer, el insostenible silencio de Rajoy tendrá severas consecuencias económicas para nuestro país. Todos los esfuerzos que se están realizan en reformas no servirán de nada mientras sigamos gobernados por esta casta política. La estabilidad política y económica del país está en juego mientras nuestros políticos tienen su mente ocupada ocultando recibís, pendrives y resto de trapos sucios.

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