lunes, 16 de diciembre de 2013

Presidencia del SICA

La República Dominicana ocupará durante un período delimitado el año entrante, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), una elección que deja en el aire cuestionamientos a los cuales se sometió al país a causa del interés del Gobierno Dominicano de trazar normas a un debilitado cuando no inexistente mecanismo del movimiento inmigratorio, gracias a cuyos vacíos se han colado en el territorio nacional toda suerte de maleantes, explotadores y traficantes de sexo, sodomitas y pederastas y aventureros que, sin lugar a dudas, contemplaron en los vacíos legales y burocráticos, la ocasión única de sentar plaza en una nación de indios. Por supuesto, también se han aprovechado de estas lagunas, contratantes locales de mano de obra haitiana, funcionarios haitianos que se han aprovechado para denigrar al Estado y al Pueblo Dominicano y organismos multilaterales que han abusado de sus capacidades y atributos.
    
Por eso celebra LA INFORMACIÓN la escogencia “pro témpero” de la República Dominicana en la presidencia del SICA, porque tal término latino significa “por las circunstancias” y las mismas pueden ser, lo mismo, las propias del proceso de organización de proyectos y programas del organismo multilateral destinado a promover la integración, que un silente, tranquilo y diplomático respaldo moral al Gobierno Dominicano, en medio del vendabal desatado por el intento de establecer controles migratorios en general y, de manera particular, en el movimiento de la frontera establecida para delimitar dos pueblos y dos Estados Nacionales, en la isla de Santo Domingo.
    
La República Dominicana carece de experiencia en materia de integración comercial, económica y política, aún habiendo firmado el tratado de libre comercio que ata al país precisamente a las naciones que ahora le entregan esta presidencia “pro témpore” del Sistema de Integración Centroamericana y además, con los Estados Unidos; y tal carencia es notoria en los resultados del intercambio generado por los acuerdos citados, no solamente evaluables por la posición deficitaria del intercambio, sino por la flaqueza local mostrada ante la introducción de productos y la impotencia para colocar bienes resultantes de la producción dominicana.
    
De manera que, entre todos los países invitados al encuentro en Panamá, tal vez la República Dominicana era el menos indicado para recibir la distinción de que fue objeto, razón que lleva a este diario a atribuir a las circunstancias especiales ante las que se debate el Gobierno Dominicano en materia de migración, por su intento de establecer mecanismos seguros, permanentes y fiables, destinados a regular una inmigración ilegal que no únicamente proviene de las emigraciones haitianas, sino, también, de otras emigraciones que surgen del intento de huir de la ley en las naciones de las cuales escapan muchos individuos que vienen haciendo daño a mujeres y niños, principalmente, en el territorio dominicano.
    
El Gobierno Dominicano debe acoger esta elección, por consiguiente, con el sentido que los intérpretes de asuntos internacionales quieran darle, en la seguridad de que, en el fondo, esa escogencia sobreviene con un mensaje de respaldo que ha de leerse entre líneas.
 

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