“Reconoce cómo se ve la pista de aterrizaje; establece una meta y ten claros tus propósitos; consigue un mentor, de modo que puedas evitar algunos de los errores que otros han cometido; crea una red de seguridad financiera o plan de contingencia y confía en tus instintos”... son las recomendaciones básicas que se reciben cuando empiezas a leer el libro
“Las mujeres inteligentes corren riesgos”, de Helene Lerner, donde se desglosan los seis pasos que la autora considera como esenciales para superar los temores y alcanzar el éxito.
Interesante libro que nos da una perspectiva diferente de la palabra “riesgo” y nos empuja a verlos como las palancas ideales para lograr lo que muchas veces soñamos, pero no nos atrevemos a hacer realidad, pues la “toma de riesgo nos aparta de nuestra zona de comodidad”.
Aunque no nos demos cuenta, corremos riesgos a diario, pues todo lo que hacemos implica cierta cantidad de riesgos, desde recoger a los hijos en la escuela hasta ir a la oficina a trabajar... el asunto es que no los asumimos como tales y entendemos que más que riesgos son “rutina”.
Ellos no son la excepción, sino la regla, y cuando entendamos esto y logremos “tomar el control de nuestros propios riesgos” y de de manera consciente utilizarlos para lograr nuestros sueños y metas, tendremos la mitad de la guerra ganada.
Hoy toma la decisión de correr riesgos y deja de equipararlos con el peligro y empieza a pensar que son oportunidades.
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