martes, 11 de diciembre de 2012

¡Equilibrio, armonía y serenidad! para prepararnos a la Navidad

Por Hna Alicia Galíndez

Parecen contradictorias estas realidades: equilibrio, armonía y serenidad, en este tiempo cercano a la navidad, en el que algunas personas se dejan invadir por el estrés, las compras compulsivas y la angustia. Consideran que si no tienen cosas en la casa, adornos, apariencia, regalos, prendas de vestir, etc., la vida pierde su significado.
  
 Algunas personas se les pasa este tiempo corriendo de acá para allá, y se les va la navidad y ni cuenta se dan, terminan cansadas, a veces deprimidas y hasta de mal humor. Si así pasan la navidad, que diremos del tiempo de Adviento, ¿qué es eso dirán algunos?, porque la mayoría ni se entera que las cuatro semanas antes de la navidad, son de preparación y se llaman “Tiempo de Adviento”, y menos aún saben que con el primer domingo de Adviento inicia el nuevo ciclo litúrgico, y el nuevo año eclesiástico.
  
 Aprovechemos estas semanas que nos faltan y sobre todo la semana de la novena de navidad que inicia el 16 de diciembre, para compartir juntos en familia, con los amigos, para dedicar un tiempo a la oración, a revisarnos, hacer sintonía con nuestro interior, buscar el equilibrio y la armonía que nos conducen a la paz y nos dan serenidad, para que podamos celebrar con alegría el misterio de la encarnación de nuestro Señor Jesucristo que vino para salvarnos, y darnos vida en abundancia.

Este Dios que es amor y que por su gran misericordia para con los seres humanos, se hace niño humilde, frágil, sencillo; para que todos podamos encontrarlo.
   
Ese Dios con nosotros que por amor y para darnos la paz se hace humano y viene a decirnos que todavía cree en el ser humano, en cada niño/a que nace, en cada joven, hombre y mujer; y que cada año es posible cambiar el corazón y las actitudes, convertirse; volvernos verdaderamente humanos al estilo del Dios divino.
   
No perdamos la oportunidad, no dejemos que el tiempo se nos vaya de las manos, todavía podemos aprovecharlo, nos quedan dos semanas antes de navidad.
   
Este es el tiempo propicio, el adecuado para reconciliarnos, para pedir perdón y perdonar; para amar y dejarnos amar, para dar alegría y festejar; para compartir y ser solidarios con los que nos rodean y sobre todo con los que tienen menos que nosotros.

Es tiempo de ayudar, de colaborar y sobre todo de ser felices. Dios quiere que seamos felices y que lleguemos al conocimiento de la verdad, y él, es el Camino, la Verdad y la Vida.
   
Aprovechemos para confesarnos, para asistir a las celebraciones litúrgicas, para detenernos a reflexionar, leer la Palabra de Dios, acercarnos a los sacramentos, realizar lecturas espirituales, edificantes y sobre todo dejarnos encontrar por el amor de Dios que se derrama sobre la humanidad.

Cada año que celebramos el nacimiento de Jesús es una nueva oportunidad para nacer, también nosotros, de nuevo; para renovarnos y testimoniar al mundo que es posible ser diferentes y vivir felices sin necesidad de ningún tipo de vicio.

0 comentarios:

Publicar un comentario