La extrema fragilidad del sistema alimentario mundial

Por Fernando Alvarez Bogaert,

Lo más importante en un país del tercer mundo, como el nuestro, es la alimentación. La clase media dominicana utiliza el 30% de sus ingresos en comida, mientras que la de menos recursos, cerca del 50% de la población, emplea entre el 50 y 60% de sus ingresos en comida. 

Veamos, en líneas generales la problemática alimentaria mundial y su relación con nuestro país.     

Del 2008 al 2012, apenas cuatro años, se sucedieron en el mundo tres graves crisis alimentarias, mientras que del 1980 al 2007,  en 27 años, solo hubo una crisis. ¿Qué ha causado esta situación extrema?: Veámosla  a través de sus tres componentes fundamentales: producción, consumo, existencias.

Producción
    
Del 1960 al 1990, la producción agrícola aumentó 3.12% por año, producto de la “Revolución Verde”, que se sustentó en:

- Semillas mejoradas.
- Duplicación del número de plantas por acre.
- Aumento masivo en el uso del abono.
- Incremento notable del área sembrada. 

Del 1990 al 2010, la producción apenas creció 1.9 por año, a consecuencia de:

- El incremento en la productividad de la semilla, se estancó.
- El aumento de plantas por acre llegó a su límite, igual sucedió con el abono.
- De 1,500 millones de hectáreas cultivables, solo quedan 155 millones por cultivar, preponderantemente en África.
   
La frecuencia de los fenómenos atmosféricos, fruto del calentamiento global, ha producido graves sequías, como la actual, y aumento en la temperatura, reduciendo, dramáticamente, la producción de Estados Unidos, primer productor y exportador del mundo. Lo mismo ocurrió en la India, y en el sur de Rusia, que es el tercer exportador del mundo. 
  
Consumo

En los últimos 25 años, cerca de tres mil millones de personas mejoraron, notablemente su dieta, produciendo un aumento en la demanda de carne y, consecuentemente, aumento del maíz y la soya, indispensable en la producción de carne. En China, en diez años, se duplicó el consumo de carne. En adición, la población aumenta 80 millones de personas por año.

Existencia
   
Del 1986 al 2001, las existencias mundiales de granos promedió el 33% del consumo, o sea, 107 días de consumo. Ahora, del 2002 al 2012, el consumo fue mucho mayor que la producción,  descendiendo las existencias a un promedio de 20%, apenas 74 días de consumo. Cuando se reducen las reservas estratégicas de Estados Unidos y China, la existencia exportable caería a niveles mucho más críticos.
   
Esta conjunción de eventos elevó los precios en dólares, a partir de 2005 al 2012, de los alimentos importados en más de 100%, y 63% en los últimos cinco años. En adición, el aumento extraordinario de los precios del petróleo agravó drásticamente los precios del transporte de carga y, como resultado, la comida.

Esta situación es el resultado del proceso de  deterioro del aparato productivo agropecuario en los últimos 25 años, producto de la indolencia de la élite política y económica, llegando al mayor extremo con las masivas importaciones de alimentos que provocó una competencia desleal con los productores.
   
Mantener el status quo sería el equivalente de estar jugando a la ruleta rusa con nuestra estabilidad económica, política y social. Esta situación demanda de una revolución agropecuaria sustentada en medidas visionarias y en una orientación masiva de recursos públicos y privados. Es bien oportuno, en este contexto histórico, la creación de una comisión especial integrada por todos los sectores que participan en las actividades agropecuarias. Esta debe estar  presidida por el presidente Danilo Medina, hombre que proviene de la zona rural del país, y coordinada por el ministro de Agricultura. Una experiencia como ésta, en el período 1966-1975, produjo enormes aumentos en la producción y en la exportación.
  
 Una revolución agropecuaria exitosa crearía centenares de miles de empleos directos e indirectos, y resultaría en la redención económica y social del campo y pueblos del interior y, en consecuencia, a los ciudadanos de la ciudad capital.