Las prácticas de gestión policial no pueden incluir en el entrenamiento de los reclutas postulantes, por ejemplo, acciones delictivas como serían exigirles cobrar el peaje acordado con los puntos de drogas asignados y/o eliminar a determinado número de los detenidos o apresados en los patrullajes, como condición para autorizar su entrada al cuerpo policial. Asimismo, una organización policial que merezca el reconocimiento de la comunidad no sólo ha de fundamentarse en la “meritocracia”, tal como lo promueve Castro Castillo, sino que ha de contar con el apoyo y colaboración de toda la comunidad y de las demás autoridades de la Nación. Esa condición también hay que trabajarla, de modo que la Policía, sea una pieza efectiva al lado de todas las demás, en la lucha contra la delincuencia y la criminalidad.
¡Bien por el Jefe policial!
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