Santo Domingo.-La socióloga Rosario Espinal, consideró ayer que la mayoría de los dominicanos quiere que se detenga la migración ilegal haitiana, pero el gobierno no la detiene y lo que ha provocado es un “tollo migratorio” que lo analizó en diez errores fundamentales.
Dijo que en su ineficiencia y desorganización, el Estado Dominicano nunca desarrolló un plan de documentación para los inmigrantes y descendientes.
Y agregó que entre los nacidos en territorio dominicano, unos recibían actas de nacimiento y otros no.
“Hemos llegado a este tollo migratorio por la irresponsabilidad y complicidad de los gobiernos dominicanos que han permitido por décadas un flujo de inmigrantes ilegales para ganancias empresariales”, agregó.
Espinal, estableció que para encubrir la irresponsabilidad y complicidad, los gobiernos dominicanos y sus voceros siempre han señalado a otros culpables del problema (las ONG, la Corte Interamericana, Estados Unidos, Francia, Canadá).
“Como el gobierno dominicano no ha querido controlar la migración ilegal ni regularizar el estatus de los inmigrantes y descendientes para mantener abundante mano de obra barata, el problema pasó a la justicia”, declaró.
La socióloga en un artículo publicado en varios medios escritos, señala que en el año 2005, la Suprema Corte declaró a los inmigrantes indocumentados y sus descendientes “en tránsito”, aunque hubiesen nacido y vivido por largos años en República Dominicana.
Puso de manifiesto que esa Corte asumió que el mundo era iletrado y no sabía el significado del término “en tránsito”. Y luego, recordó que la Junta Central Electoral comenzó la cacería, reteniendo documentos o negándoselos a personas de ascendencia haitiana.
“La Constitución de 2010 estableció por primera vez de manera explícita, que los hijos de inmigrantes indocumentados no calificaban para recibir la nacionalidad dominicana; y a la vez estableció que los hijos de dominicanos en el exterior podían recibirla”, adujo.
La licenciada Rosario Espinal, entiende que un niño nacido en Nueva York de padres dominicanos, que nunca vivirá en República Dominicana, puede obtener la nacionalidad dominicana; pero un niño que nace y vive el resto de su vida en territorio dominicano de padres indocumentados no puede obtenerla.
Señala que argumentar que la Constitución haitiana otorga la nacionalidad a los descendientes de haitianos no es razón válida para negar la nacionalidad dominicana, si en territorio dominicano nacen, crecen y viven.
Y declaró que asumir que las medidas de exclusión forzarán a los descendientes de haitianos a auto-deportarse a Haití es una ficción, porque la mayoría de los descendientes de haitianos no vivirá en Haití, como tampoco vivirán en República Dominicana la inmensa mayoría de los hijos de inmigrantes dominicanos radicados en Estados Unidos y Europa, aunque le regalen la nacionalidad dominicana. En la historia de la humanidad, la inmensa mayoría de los inmigrantes no vuelve al país de origen y menos sus descendientes. Pensar lo contrario es ignorar la evidencia histórica.
Y agregó que para coronar la cadena de errores, el Tribunal Constitucional emitió la Sentencia 168/13, que quita derechos en masa retroactivamente a los descendientes de inmigrantes indocumentados (mayoritariamente haitianos).
jueves, 17 de octubre de 2013
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