lunes, 21 de octubre de 2013

Gómez Mazara advierte a Miguel Vargas sobre riesgos de postergar convención PRD

GuidoSanto Domingo.- El dirigente  perredeísta  Guido Gómez Mazara dirigió  este domingo una misiva pública al presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado,  donde le  advierte sobre “los riesgos que corre el PRD, y específicamente la cuota de responsabilidad histórica que recaería sobre sus hombros ( Miguel Vargas)  si se percibe una intentona dilatoria capaz de aniquilar los anhelos de la gran mayoría de los perredeistas: celebrar una convención libre, validada por el voto universal y apta para seleccionar las próximas autoridades de nuestra organización”.

A continuación texto  integra  de la carta

Carta pública a Miguel Vargas Maldonado

Ingeniero
Miguel Vargas Maldonado
Su Despacho.

Compañero Vargas Maldonado:
Te escribo desprovisto de las referencias jerárquicas y apelando al sentido de proximidad que nos hace cohabitar en la misma organización política porque el PRD necesita de la crítica constructiva para salir del actual proceso, caracterizado por distanciamientos donde la confrontación de ideas propias del ejercicio democrático desapareció, dando paso a un memorial de agravios y descalificaciones que dañan la marca partido y  podrían afectar el desempeño de la organización en futuros eventos electorales.
No salgo de mi asombro al leer los argumentos planteados a la periodista Yanessi Espinal, y quiero citarlo textualmente para no dejar espacio a las interpretaciones “no se ha podido iniciar el proceso de inscripción en el padrón debido a que los materiales que se necesitan para esos fines aun no se han podido imprimir por la falta de recursos. En ese sentido, esa situación  ha afectado el cronograma de trabajo y aunque todavía no lo hemos decidido es casi seguro que tendrá implicaciones en el cronograma de la convención”.
Como en el PRD todos nos conocemos, no ripostar esos argumentos crearían las bases de tácticas dilatorias encaminadas a extender hasta el cansancio los compromisos institucionales pautados para el 23 de Febrero del año próximo y que aderezados con la tesis de que  la convención ordinaria debe iniciarse por abajo retratan el no disimulado deseo de postergar la elección de toda el espectro institucional y extender el control de los organismos mas allá de los plazos establecidos.
Presumir inocencia en las declaraciones ofrecidas por el secretario de organización interino, Aníbal García  y reproducidas el pasado viernes 18 en varios medios de comunicación, respecto de la posibilidad de posponer el proceso convencional  podría representar una fuente de controversias innecesarias. El ex senador por San Cristóbal es un político de vieja data y como tiene la condición de funcionario institucional y estrecho colaborador suyo, me siento en la obligación de hacerle algunas reflexiones sobre los riesgos que corre el PRD, y específicamente la cuota de responsabilidad histórica que recaería sobre sus hombros si se percibe una intentona dilatoria capaz de aniquilar los anhelos de la gran mayoría de los perredeistas: celebrar una convención libre, validada por el voto universal y apta para seleccionar las próximas autoridades de nuestra organización.
Como he preferido mantener distancias de cualquier esfuerzo que no se concentre exclusivamente en la convocatoria de una Comisión Política y se establezcan las bases de toda una dinámica institucional me siento en la obligación de reaccionar. Fundamentalmente, porque en el intento de hacer mi contribución a retomar el rumbo de la racionalidad partidaria he sepultado viejas reyertas y confrontaciones para dedicar todas las energías a impedir que un instrumento político con 74 años de lucha, sacrificio, exilio, persecución y cárcel se diluya en manos de dirigentes movidos por proyectos personales y con escasa conciencia del sentido y dimensión histórica del PRD.
En el PRD hemos perdido la noción de los auténticos valores democráticos y creemos posible  un modelo de militancia partidaria, pateando hábitos  que no pueden revertirse porque forman parte de la cultura  organizacional. Además, cada día nos aproximamos a la conformación de pequeños caudillos afanados por la idea de querer un partido a imagen y semejanza de una aspiración presidencial que, desdeñando las transformaciones experimentadas en el seno de la sociedad, creen posible imponerse electoralmente sin las calidades, competencias y conexión con las aspiraciones de amplios núcleos ciudadanos.
Estas líneas tengo que airearlas públicamente porque en el partido no tenemos un escenario institucional para el debate inteligente. De ahí, las incongruencias y dificultades para exhibir posturas coherentes respecto de temas esenciales donde todos los dirigentes opinan, sin congruencia entre sí, y dejando en la desorientación a toda la militancia. Te escribo a 27 días de haberte comprometido ante el país en convocar la Comisión Política. ¡Todavía estamos a la espera!
¿Acaso no hubiese sido lo políticamente correcto escuchar las ideas del PRD respecto de la sentencia 168/13  del Tribunal Constitucional?  Inclusive, el hecho de que una de las cabezas jurídicas mejor amuebladas, como la de Eduardo Jorge, aparezca haciendo una defensa brillante sobre el tema que está colocado en el centro del debate nacional crearía las condiciones para darle consistencia a un partido de tradición socialdemócrata que ha sido tomado en la última década por franjas conservadoras que nos distancian de nuestra tradicional base social.
Trato de que mi naturaleza critica no me impida ser objetivo. No creo en la tesis de un único culpable de la actual situación que atraviesa el PRD. Todos tenemos cuotas de responsabilidad, el problema es que si la formalidad legal impulsada por decisiones emanadas de las Altas Cortes señala jerarquías partidarias, plazos de duración, procesos de sustitución, potestad de manejos financieros y miembros validos de organismos directivos, su beneficiario no puede alegar ignorancia ante reclamos internos y externos que perciben un ejercicio opositor demasiado light, donde las notas de prensa y declaraciones públicas distan bastante de un verdadero ejercicio critico al PLD y sus gobiernos.
Como el PRD es una escuela de pluralidad no termino de entender que el sentido de autoridad se percibe como un acto de subordinación  puro y simple. Siento que la lógica institucional no se asume con la misma regla para todos y esos desequilibrios representan una fuente de insatisfacción que terminara aglutinando fuerzas para oponerse en los próximos procesos convencionales a todas esas prácticas antidemocráticas.
No simpatizo con los ataques contra ti que escapan al ámbito de lo político. Una de las tantas fatalidades del debate partidario en el país consiste en una enorme capacidad de saltar al escenario de lo privado. Y eso ha sido fatal. Lamentablemente, una de las causas esenciales del actual drama partidario tiene su raíz en ofensas terribles. Por eso, Juan Isidro Jiménez y Ángel Miolán se distanciaron de Bosch, Antonio Guzmán termino sus días enemigo de Salvador Jorge Blanco, Pena Gómez y Majluta se reconciliaron en el umbral de la muerte. ¿Valió la pena?
Miguel, el problema es que no puedes ejercer la autoridad partidaria e imponer una agenda no institucional a los que legítimamente se vinculan a otras propuestas internas. Por ejemplo, cuando te desplazas a San Cristóbal, Santiago de los Caballeros o visitas New York lo haces en condición institucional, aspirante a la presidencia del PRD y pre candidato presidencial. Si es así, los otros dirigentes del partido tienen los mismos derechos porque, Franklin García, Luis Abinader, Aníbal Pina, José Leonel Cabrera y Geanilda Vásquez  han expresado sus deseos de competir. Ahora bien, si no se crean los mecanismos para que los potenciales aspirantes participen en igualdad de condiciones estarías desarrollando desequilibrios impropios de un hombre con credenciales democráticas. Y en las actuales circunstancias el  garante de mayor significación de una verdadera democratización de los procesos internos tiene un nombre: Miguel Vargas.
Siento que tus deseos de constituirte en candidato del PRD para las elecciones del 2016 están fundamentados en orquestar reglas internas que blinden el proceso, pero terminen oficializándote como la opción presidencial perredeista. La legitimidad de las aspiraciones está fuera de discusión y te deseo suerte. Ahora bien, los verdaderos demócratas deben estar dispuestos a someterse al escrutinio de los votos porque la real dificultad que enfrentara el potencial candidato  consiste en tratar de combinar el éxito interno con una validación de sectores extrapartidarios que, casi siempre, se tornan exigentes no con las cuotas de participación sino con las calidades, condiciones, sentido de compromiso y habilidades para encabezar un amplio espectro electoral que nos conduzca a la victoria electoral. Y la historia ilustra a los perredeistas, en el sentido de que no es posible imponerle nuestras manías al resto de la sociedad.
Conseguir la candidatura presidencial no es sinónimo de alcanzar la presidencia. No pongo en tela de juicio que anhelas ambos objetivos. Ahora bien, al momento no existen garantías para que procesos internos carentes de transparencia y validados por instancias legales sean atractivos para generar el endoso de competidores y sumatorias de sectores de la periferia democrática con una histórica tendencia a vincularse con la candidatura del PRD. Si el que resulta candidato del partido no está revestido de una legitimidad incuestionable estaríamos estableciendo las bases para una fragmentación de todo el espectro opositor que solo favorece al PLD y su candidato en el 2016.
Las señales intermitentes que estamos enviando a una parte de la población e interpretadas por dirigentes históricos de una valía, ascendencia y respetabilidad fuera de discusión sirven de caldo de cultivo para reacciones temerarias como las de salir del PRD y generar un bloque de fuerzas antagónicas al partido de gobierno. Escuchar posturas extremistas en labios de gente con tanta lucidez y experiencia revela los niveles de desesperación como resultado de las indefiniciones que caracterizan el desenvolvimiento del principal partido opositor. Afortunadamente, la mayoría está dispuesta a echar el pleito adentro y ser parte de futuras competencias.
Percibo que cada vez que se intenta adecuar la realidad del comportamiento partidario y las aspiraciones presidenciales al esquema personal de un dirigente en específico se pierde la perspectiva de la naturaleza histórica del PRD. Reconozco que casi todos los dirigentes esenciales han pretendido acomodar el partido a sus proyectos, pero hasta aquellos que alcanzaron triunfos lo consiguieron  en el contexto de una realidad social totalmente diferente a lo que acontece en nuestros días donde la transparencia, rendición de cuentas, respeto a la diversidad y aprender a cohabitar representan los parámetros esenciales de toda sociedad moderna.
No estoy en desacuerdo con los intentos de disciplinar hábitos y comportamientos que nos desacreditan tanto como organización. Eso sí, ordenar el PRD no puede asumirse como una acción autoritaria ni persecutora de la disidencia interna. Todos aplaudirían  ajustar la conducta de los compañeros cuando los representantes municipales y congresuales rompen la línea partidaria y actúan con agendas particulares  o exhiben comportamientos deprimentes como la elección de la plancha directiva del Colegio de Abogados, pactan con la opción no perredeista en el Colegio Medico Dominicano y en la lucha por la rectoría de la UASD se salen con la suya bajo el alegato de que no pueden activar políticamente en la academia. Un reordenamiento disciplinario en esa dirección gozaría del aplauso de todos los compañeros, sin importar la corriente de simpatía interna en la que interactúan.
No se corresponde con los esquemas democráticos propios del siglo 21 que los cambios en las organizaciones se parezcan demasiado a su promotor y poco al resto de los componentes de la organización. Esas acciones son propias del sector privado y como tu innegable éxito en el mundo empresarial es reconocido por todos podrían seducirte y reproducir el fenómeno en un partido que como el PRD tiene particularidades que una parte de la sociedad no entiende. A lo que no llego es a impugnar tus destrezas privadas para desarrollarte en la arena política. Sobre todo, cuando en múltiples oportunidades han servido de colaboración solidaria en  tiempos en que  simpatizar públicamente con nosotros era sinónimo de escarnio y burla. Más aun, ausculto que en ese intento de reposicionamiento del partido a la nueva realidad nacional resulta inteligente abrir el PRD a todo el abanico de exponentes de un empresariado comprometido, con profunda responsabilidad social y siempre apto para colocar el país en los rieles del desarrollo económico, social e institucional.
El ingrediente de los cambios y sustituciones validadas en las últimas semanas en el orden institucional podrían estar orientadas en la línea de renovar espacios directivos garantizando que exponentes de una nueva generación asuman el mando. Pero lo que parece excelente tiene una carga personal que corroe la defensa de los nuevos ejecutivos porque el común denominador de todos los agraciados es que pertenecen a un sector: Ana, Juan Carlos, e Iván al igual que Morrison, Peggy,  Junior y Carlos Gabriel hacen una militancia alrededor del proyecto presidencial Miguel Vargas/ 2016. A todos le reconocemos su perredeismo a toda prueba, lo sospechoso  es que su relación con un determinado proyecto impida asumir  tareas institucionales con la transparencia indispensable para un eficiente desempeño.
Reitero que mi disparidad contigo obedece estrictamente al enfoque  partidario. No obstante, hubiese preferido los espacios institucionales. Aunque admito que todavía no acumulo los meritos suficientes para ocupar un asiento en la Comisión Política se que llegado el momento para el debate de los temas esenciales desde mi zona o comité de base voy a realizar mis aportes en aspectos como la apertura de la escuela de formación, la propuesta para transformar las cuotas de representación en los organismos directivos (hace seis meses te lo entregue) y la distribución de los recursos provenientes de la JCE en proporción a los votos recibidos como una forma de contribuir con los avances de un partido que me vio llegar a sus filas, aun sin poder votar, en el año 1984.
Debo reiterar que todas las aproximaciones realizadas para allanar el camino de puntos de consenso que conduzcan a una salida democrática de la actual situación se mantienen en el mismo punto. Desde el mantenimiento de las sanciones y expulsiones pasando por la cuota de representación en la Comisión Organizadora de la Convención hasta el establecimiento de un nuevo padrón. Aun en medio de negativas y desconocimientos públicos, preferimos el silencio para facilitar un ambiente favorable a la negociación. Tanto las pre/pactadas en un apartamento de un amigo en común contigo y tres dirigentes del PRD, lamentablemente abortadas por la incomprensión de compañeros con una concepción muy estrecha de la política, como conversaciones telefónicas sostenidas en la búsqueda de preservar  el único instrumento en capacidad de desplazar al PLD del poder: el PRD.
A veces, los perredeistas confundimos lo urgente con lo importante y no dedicamos el tiempo suficiente a interpretar con inteligencia las señales que se expresan fuera de las fronteras partidarias porque estamos imbuidos de lo estrictamente organizacional. El país quiere una verdadera oposición, con sentido crítico, que vaya del cuestionamiento a la propuesta y articule todo el reclamo popular en una fuerza electoral capaz de impedir una participación en el año 2016 que sirva de mascarada formal donde la oposición participe, pero se asocie a una derrota segura. Y alrededor de esa idea de, unidos en la diversidad y siempre abiertos a la edificación de una mayoría útil, tenemos que asociarnos todos sin odios ni rencores.
En  tiempos en que gibelinos y güelfos retrataban en una obra cumbre, La Divina Comedia, el drama de Florencia, se describió con inigualable destreza como Hugolino se enclaustro en la torre de una vieja edificación colonial sentenciado  a consumir el cráneo de sus hijos en el infierno, debido a que sin tener otras opciones, había ingerido sus carnes para mantenerse en vida hasta donde fuera posible.
Leí ese pasaje hace muchos años y con bastante destreza lo recrea el Doctor Andrés L. Mateo  en el discurso de ingreso a la Academia Dominicana de la Lengua refiriéndose a la explicación que desarrollaba Camila Henríquez Ureña en la Universidad de La Habana. Nada se parece tanto a una parte de la realidad del PRD como el pasaje de la obra de Dante Alighieri. Ojala la creatividad literaria no se transforme en triste final de un partido digno de mejor suerte.
Siempre asumo el riesgo de decir y escribir lo que pienso. En muchas oportunidades resulto incomodo para los que creen en un modelo de militancia de genuflexión perpetua y me pasan factura “porque no me pueden controlar”. Estoy acostumbrado, aunque tengo elementos para destacar que  los manejables y aptos para el desempeño no ha sido sinónimo de éxito en la consecución de los objetivos de la colectividad partidaria.
Cuentan que la historia se repite como tragedia o comedia. Luis Alfaro Ucero era una leyenda viva en toda Venezuela y dentro de su partido, Acción Democrática  un líder venerado. Y su enemistad con Carlos Andrés Pérez creó una situación de terrible dificultad entre ambos,  provocando la disminución política del ex presidente y dándole paso a un Alfaro Ucero que, mal creyó la tesis de que el control de los símbolos partidarios se traduciría en votos. Las elecciones estaban pautadas para el año 1999  y Acción Democrática (AD) se diluía en el electorado y un gran segmento de sus simpatizantes, como no tenían empatía  con el candidato de su partido, terminaron votando por Salas Romer para evitar el triunfo del principal arquitecto de un intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez. Alfaro Ucero se impuso de candidato presidencial, pero su boleta no obtuvo ni 5% de los votos y desde ese momento comenzó el declive del partido de mayor tradición democrática en la tierra de Bolívar. Como vivimos en un mundo global, esos paralelismos podrían calcarse en cualquier lugar de nuestras tierras   ¡Miguel no permitas que dos o tres turiferarios te perfilen como un obstructor de los procesos internos en el PRD!
Sinceramente,
Guido Gómez Mazara

0 comentarios:

Publicar un comentario