Un experto en economía ha lanzado la advertencia de que el país se encamina hacia la insostebilidad fiscal a consecuencia del alto nivel de endeudamiento en que ha caído el país en los últimos años, por la prostitución de los mecanismos de control de la deuda, donde todo el mundo endeuda al Estado.
De acuerdo a lo planteado por el economista Nelson Suárez, la deuda pública bordea el 50% del PIB, si se suman la deuda externa y la deuda interna contraída por el Estado dominicano. En ese orden, se señala que entre el período 2000 al 2013, la deuda pública del sector no financiero se multiplicó 5.6 veces, pasando de US$4,142.2 millones a US$ 23,203.8 millones. El ritmo de endeudamiento anual se ha estimado en unos US$ 2,400 millones, señalándose que el país recibió desembolsos de deuda tanto interna como externa por el monto de US$ 34,092.3 millones en los años del 2005 al 2013. Se cree que ese acelerado ritmo de endeudamiento del país, no se ha traducido en bienestar para la población, pero si ha contribuido a un crecimiento económico que sólo ha beneficiado a una minoría, tal como lo estableciera el informe del Banco Mundial, cuando dictaminó crecimiento sin “prosperidad”.
Un aspecto negativo no menos importante de ese endeudamiento ha sido la mega corrupción que acompañó su implementación, creándose una nueva oligarquía económica y política dentro de la cúpula de los partidos gobernantes y sus asociados, la cual no sólo se justifica por la falsa ilusión de la tasa de crecimiento de la economía, sino que se argumenta con categorías jurídicas falaces a favor de las operaciones de corrupción ejecutadas, promoviendo así la vigencia de un estado de impunidad, que liquida toda posibilidad de institucionalizar la Justicia y la Administración Pública. Se trata de una institucionalidad empobrecida y descompuesta, sobre la cual se levanta una mentalidad también corrompida que insiste en tener la “razón” y el “poder”.
En esas circunstancias el peso de la deuda se hace más insostenible y peligroso por el nivel de irresponsabilidad e inconsciencia acumulada, sobre todo en los grupos y fuerzas que se alimentaron del endeudamiento a través de la mega corrupción. Frente a ese descalabro financiero y moral, se llama la atención de las autoridades para que se comiencen a tomar las medidas que controlen el derroche y el endeudamiento, de modo que el país evite llegar al colapso financiero de la economía que podría degenerar en un descalabro de la estabilidad social y política de la República.
miércoles, 7 de mayo de 2014
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