De hecho, posee más cantidad de vitamina C que muchos cítricos. Constituye el complemento ideal para acabar con un broche de oro una suculenta comida, ya sean solas, con nata, con leche o en postres más elaborados. Además, tienen un importante valor industrial, ya que se utiliza para elaborar otros muchos productos como batidos, helados, mermeladas, yogures o gelatinas.
Consumo y propiedades alimenticias
Una de las consignas fundamentales a la hora de consumir esta fruta es que tenemos que comerla poco después de comprarla. La temporada va de marzo a julio, aunque en algunos supermercados podemos encontrar fresas durante todo el año, procedentes de invernadero y de las importaciones de otros países.
Este alimento constituye una importante ayuda en las dietas de adelgazamiento. Tiene un excelente sabor y es ligera, ya que el 85% de su composición es agua. De hecho, su aporte calórico es muy escaso: sólo 37 calorías por 100 gramos. En 100 gramos de fresas encontramos 0,7 gramos de proteínas, 7 gramos de hidratos de carbono y sólo 0,3 gramos de grasa. Su principal valor es el alto contenido en vitamina C: 100 gramos cubren la cantidad diaria recomendada.
También contienen vitamina A (5 microgramos por 100 gr.), vitamina E (0,23 miligramos por 100 gr.) y menores cantidades de otras vitaminas como las B1, B2, B3 y B6. Entre sus minerales, las fresas aportan fundamentalmente potasio y magnesio, aunque también hierro, fósforo, yodo y calcio. Tienen 2,2 gramos de fibra por 100 gramos de producto, lo que supone un aporte moderado.
Excelentes para la salud
Poseen grandes cantidades de elementos muy necesarios para nuestra salud. Sobre todo, la ya mencionada vitamina C, una sustancia antioxidante que, además, protege al cuerpo fortaleciendo el sistema inmune. Sus ácidos orgánicos poseen efectos desinfectantes y antiinflamatorios.
Las fresas son ricas en agua, incorporan propiedades diuréticas, excelentes para personas que quieran perder peso y que tengan tendencia a retener líquidos. Este efecto diurético también beneficia a aquellos que padecen cálculos renales, hipertensión y ácido úrico.
Ofrecen importantes cantidades de salicilatos, unas sales muy positivas para prevenir enfermedadescardiovasculares, degenerativas y cáncer. Las personas alérgicas a las aspirinas (que están compuestas de ácido acetilsalicílico) deberán tener cuidado al consumir fresas, ya que pueden aparecer algunos efectos adversos.
Por último, no podemos obviar la importante cantidad de ácido fólico que tienen: una sexta parte de la cantidad diaria recomendada por cada 200 gramos de esta fruta. Este compuesto es fundamental para las embarazadas, ya que favorece la multiplicación celular. Su carencia está asociada a casos de anemia y problemas cardiovasculares.
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