Por Nurys Rivas.--Dios está de moda y aunque parezca mentira y pudiera parecer un tanto extraña a mucha gente, esta frase y la seguridad con que la afirmo, nace de la experiencia diaria que a través de las redes sociales y el día a día, vemos a la gente, invocando el nombre de Dios.
¿Esto es bueno o no? Personalmente pienso que es positivo vivir como decimos los dominicanos, “con Dios por delante”, hacer las cosas “Dios mediante”, “mañana si Dios quiere”, etcétera, hasta ahí vamos bien, ya que en mi opinión, esas frases pertenecen a una cultura ancestral que llevamos dentro y nos caracteriza.
Lo que parece una exageración y que me perdonen los entusiastas de esta costumbre, es que el nombre sagrado se tome tan a la ligera haciendo uso de él de manera casi automática, hasta en las cosas más superfluas o frívolas, si abrimos por ejemplo Facebook, a cualquier hora, podemos notar un desfile de frases alegóricas a Dios, que si papá Dios esto, aquello, o lo de más allá, las más grandes tonterías que podamos imaginar.
Entre tanta gente, es posible que muchos lo hagan de corazón y con buena intención de causa, me asusta pensar sin embargo, en aquellos que utilizan ese nombre como pantalla para aparentar una entrega a la espiritualidad que están muy lejos de sentir.
Existe un dicho popular muy conocido que dice que “la mujer del César no solo debe ser buena, sino que además debe aparentarlo”, lo mismo se aplica a los falsos profetas que predican de viva voz, una doctrina cuyo quehacer desmiente.
No pretendo situarme en el estrado de un fiscal, ese papel no me va ya que mi postura es absolutamente terrenal, sin embargo a veces leyendo la sarta de sandeces que se escribe con el nombre de Dios como norte, me digo que si el Padre Celestial estuviera al tanto de esas necedades, cómo le sentaría saber que acá en la tierra, muchos juegan alegremente con su nombre.
Si no estuviera (nunca mejor dicho) tan altísimo y se dedicara a leer tantas majaderías, se enojaría quizás y querría gritarles que respeten su nombre, que él está muy por encima de tantas nimiedades y sobre todo, lo más importante, es que conoce el corazón de cada uno y sabe su verdad.
Es decepcionante enterarnos de la doble cara de personas que por su manera de hablar supuestamente cristiana y aparentemente espirituales, “emulando” a Cristo, hacer a su imagen y semejanza, de humildad y no obstante critican, infaman, agravian sin dar la cara.
Son si cabe, peores que aquellos que aunque también actúan mal, lo hacen de frente, sin esconderse tras antifaces que les marcan como aureolados de santidad.
Creo que lo mejor de todo es que Dios es verdaderamente el gran conocedor de conciencias y en ese caso estas personas, podrían engañar a todos, menos a Él.
Lo mejor sería poder ver ejemplos, sería estupendo que esa fuerza divina diera unas buenas bofetadas a cada uno de esos barbarazos, puros lobos disfrazados de mansas ovejas.
martes, 6 de mayo de 2014
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