La Chikungunya y Salud Pública

Desde hace algunos meses se dio a conocer la presencia en el país de la fiebre de la Chikungunya, enfermedad provocada por el mismo mosquito causante del dengue, esta última muy conocida en el país y por el sistema de Salud Pública. Hoy se reconoce que la enfermedad alcanza la categoría de epidemia y que ya está  presente en una veintena de provincias, concentrándose en comunidades de San Cristóbal donde se reportan unos 11 mil enfermos de Chikungunya.
    
Desde que comenzó la epidemia, Salud Pública ha intensificado su presencia en las esferas mediáticas haciendo declaraciones y alertando a la población sobre la enfermedad y cómo combatirla. Este martes recién pasado el ministerio movilizó a la población de San Cristóbal en una jornada de educación por diversas comunidades y barrios de esa ciudad, en coordinación con otras instituciones públicas y las autoridades municipales, donde también se llevó a efecto un operativo de fumigación, todo ello con el propósito de combatir la propagación de la enfermedad que se ha hecho presente en la población y más presente en la preocupación de los medios de comunicación.
    
Aunque Salud Pública tiene un protocolo y una larga experiencia acumulada para enfrentar con relativo éxito el dengue, ha lucido que sus autoridades  se encuentran desbordadas por la Chikungunya, pese a que la enfermedad no reviste una gravedad que se corresponda con el escándalo  provocado y a que su abordaje ha de seguir el protocolo ya muy conocido y rutinario del dengue. Ese protocolo se concretiza en el reforzamiento de la logística hospitalaria;  una campaña educativa mediática y directa en las comunidades afectadas o no;  y en los operativos de fumigación y de descacharrización para eliminar las fuentes donde se reproduce el mosquito o vector transmisor de la enfermedad.
    
En consecuencia, la jornada de San Cristóbal debe replicarse en los demás lugares afectados y en aquellos otros no afectados todavía, a modo de prevenirlos de la enfermedad. Salud Pública tal vez debería tomar como referencia lo que el mismo Estado se propone hacer en la Administración Pública con la instalación del sistema de servicios públicos de emergencia del 911, con el cual se espera renovar la mística en los servicios públicos. En esa línea de renovación de la mística, Salud Pública debería redefinir y poner en marcha un plan de trabajo que  fortalezca la organización y  planificación de sus intervenciones en su lucha contra la chikungunya, actualizándolas y modernizándolas de manera que se eleve  su  efectividad y su eficiencia.   
¡Hay que modernizar y dinamizar a Salud Pública!