lunes, 24 de febrero de 2014

PortadaOpiniónEditorial Editorial Elevadas tasas de retorno

Tras la inauguración del gobierno que preside, el Lic. Danilo Medina se dio comienzo a un sistema de préstamos que no se basó en que el prestatario acudiese a tediosos y a veces prolongados procesos burocráticos, sino a expeditivos mecanismos basados en un intercambio del mandatario con los solicitantes, que en muchos casos, fueron pequeños productores individuales y en otros tantos han sido asociaciones agrícolas o pecuarias.
    
Aunque parezca mentira, pese al hecho de que se recurriera a este inusual mecanismo, ajeno al propio de las operaciones bancarias normales, el Presidente Medina acaba de revelar hace pocos días, que el Banco Agrícola de la República está cobrando un promedio de doscientos cuatro millones de pesos mensuales, suma total de los diversos abonos a los valores entregados a los prestatarios como apoyo a programas de siembra o crianzas, por la disposición del mandatario.
    
Esta revelación además de sorprendente, resulta esperanzadora, porque ciertamente, era dable esperar que los beneficiarios devolviesen los dineros entregados en las visitas del Presidente Medina o prometidos en la ocasión y más tarde vueltos efectivo, pero este diario confiesa que las advertencias de que ese dinero no se regalaba pudo pasarse por alto, como tantas veces ha ocurrido cuando los que representan el Poder del Estado se involucran en acciones de apoyo a la producción, sobre todo, en el campo de la agropecuaria.
    
Puede esperarse, a la luz de este sentido de responsabilidad mostrado por los recipientarios de estos recursos, que planes actuales y futuros de apoyo a la producción, se asienten en un trato de respeto a los recursos públicos por parte de los beneficiarios, en un ambiente democrático, pues es, bajo este clima, que en una que otra administración se han pasado por alto las responsabilidades de los prestatarios, que se han inclinado por el camino de entender que, como se trataba de dineros del Estado, no era indispensable la devolución, lo que no en pocas ocasiones, en los últimos cincuenta años, ha llevado al Banco Agrícola a la descapitalización, restándole capacidad para asistir financieramente a miles de agricultores y criadores en la República.
    
El Gobierno Dominicano está llamado a procurar que el alto sentido de responsabilidad mostrado ahora, no decaiga nunca y que la tasa de retorno pueda sostenerse en niveles elevados de manera que no solamente los beneficiarios se mantengan al día, sino que así como ahora ha podido decirlo el Presidente Medina, en el mañana puedan igualmente sostenerlo otros mandatarios y que la asistencia financiera mantenga una inalterable continuidad, basada en el respeto del ciudadano a las instituciones bancarias del Estado Dominicano que, al crearse, no fueron concebidas para ser timadas, sino, por el contrario, para servir de puente hacia el progreso para todos los dominicanos y no únicamente para aquellos que, habiendo obtenido un préstamo, defraudan a la institución prestamista.

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