Los sacerdotes que pronunciaron el Sermón de las Siete Palabras, elevaron su voz en contra de la corrupción administrativa, la no priorización de las inversiones públicas que lleva a tener un moderno Metro cuando se pasa hambre en el país. Asimismo, demandaron la defensa de los recursos naturales frente a la inversión extranjera.
Criticaron la campaña publicitaria de Profamilia (que no citaron por su nombre), con la cual se estimula el uso de condón entre menores de edad, la práctica del aborto, y a la Junta Central Electoral por no entregar los documentos de identidad a más de 20 mil dominicanos de origen haitiano, la impunidad frente a la corrupción, entre otros males sociales.
La meditación de las últimas palabras de Jesuscristo en la cruz fueron transmitidas por una red nacional de radio y televisión encabezada por el canal católico Televida, desde la Catedral Primada de Santo Domingo.
Futuro incierto
“Tenemos multitudes de jóvenes y adultos, familiares enteras con un futuro incierto, y sin oportunidades, privado de una vida digna como Dios manda “, dijo el padre Bienvenido Colón, cura de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, quien meditó la palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Recordó que Jesús instituyó el sacramento del perdón en su Iglesia y les confió esta potestad a sus ministros para seguir perdonando y reconciliando con Dios.
“Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, segunda palabra comentada por el sacerdote David Soriano, quien destacó que el triunfo de Jesús es del amor sobre el odio, sobre el mal, sobre la ingratitud. “Su victoria es, en apariencia, una derrota, el modo de vencer el amor, es en efecto, dejarse vencer”.
“Son muchos los dolores, las tragedia, los sufrimientos, las angustias, los gritos que salen del alma entristecida de República Dominicana. Celebramos hoy este acontecimiento en un país donde hay seguridad social en documentos, donde se atenta contra la vida, donde hay hogares en la orfandad en unas condiciones paupérrimas que engendran violencia y crímenes, todos estos sufrimientos lo ponemos en manos de María”, meditó Frankely Rodríguez Gómez, de la parroquia San Francisco de Asís, en la tercera palabra:” Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
María sufre, agregó, al ver tantos policías y militares subalternos ganando un pírrico salario de RD$4,000 pasando hambre, mientras un grupito de esa mismas instituciones vive disfrutando a lo gourmet en hoteles costosos, exhibiendo “glamour afrancesado”.
Mario Campusano, formador del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, dijo que la familia dominicana se siente abandonada, cuando las políticas estatales no son destinadas a ellas.
“Solo hay que ver el sueldo mínimo es de alrededor RD$ 7,000, cuando la canasta familiar cuesta RD$ 35,000, tampoco hay una política de vivienda, de salud, de seguridad social adecuada para las familias empobrecidas”. En su consideración, consideró que los dominicanos son víctimas de política clientelista y populista que no prioriza el gasto. Citó que hay un Metro, mientras no se han resuelto problemas fundamentales como la energía, agua potable, salud, educación o violencia.
Censuró la corrupción pública y los altos salarios de los funcionarios mientras los empleados reciben sueldos de miseria. Fue enfático al decir que en el país hay un solo funcionario preso condenado por corrupción al comentar la cuarta palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
“Tengo sed”, la quinta palabra comentada por Gregorio Herminio Santana Ortiz, arcipreste Guaricano-Villa Mella, criticó que la Junta Central Electoral no haya dotado de documentos de identidad a más de veinte mil dominicanos de origen haitiano, a quienes se les ha “secuestrado su identidad y con ello les ha cercenado su futuro” y se preguntó que cómo es posibles que esos dominicanos no tenga dolientes, que nadie hable por ellos.
Inversión extranjera
“No puede haber patria mientras sigamos adulando la inversión extranjera como la panacea que resolverá nuestros problemas fundamentales, cuando es alto evidente que esos inversionistas no hacen más que exprimir nuestros recursos naturales y humanos”, afirmó.
En su consideración’ el estado de cosas que vive el país compromete a los cristianos a “empujar un modo nuevo de hacer ciudadanía responsable que siente las bases para un cambio de rumbo en el modelo económico, basado en el capital y la explotación de nuestra gente y nuestro recursos naturales”. Criticó a los partidos políticos que no son interlocutores de los destinos que tiene el país hoy ya que están perdidos en su tinglado de intereses particulares y luchas intestinas.
“Por eso se hace urgente que como pastores de este pueblo dejemos a un lado nuestras inseguridades y respondamos al mandato siempre nuevo de dejarlo todo para seguir al Señor y escuchar su mandato actual y nuevo, “vayan y proclamen el evangelio”.
“Todo se ha consumado”, sexta palabra pronunciada por el padre Eduardo Carrión, de la parroquia Nuestra Señora de la Altagracia, elevó su plegaria para que se cumplan las leyes, en especial el artículo 30 de la Constitución que prohíbe el aborto.
“Lamentablemente todavía aun hoy en nuestra sociedad muchas madres, muchos profesionales de la medicina y centros de salud siguen practicando el crimen abominable del aborto a pesar de estar penado por la ley. Que el Señor mueva esos corazones al arrepentimiento para que detengan esa mala práctica y podamos exclamar llenos de confianza”: “Todo se ha consumado”, la sexta palabra.
Javier Vidal González, sacerdote jesuita, al meditar la séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, dijo que los pobres son la expresión más clara de pecado institucional del país.
“¿Hasta cuándo podrá el pueblo aguantar tantas injusticias?” , se preguntó y de inmediato respondió si el país quiere un verdadero cambio, hay que pedirle al Estado dominicano, lo que expresó el PNUD, voluntad, compromiso, decisión, vocación de construir un país diferente, incluyente, respetuoso de las normas y las leyes, con visión a largo plazo , que se fije metas, que respete los acuerdos, que cierre las brechas tradicionales en materia de empleo, salud, educación y seguridad social, que tome en cuenta a todos los dominicanos, que regularice la presencia haitiana de una vez por todas , que no hayan ciudadanos de primera ni de segunda, sino dominicanos anhelando que el desarrollo humano sea para todos.
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