martes, 5 de noviembre de 2013

Día de la Constitución

Ayer lunes la población descansó por el feriado declarado con motivo del Día de la Constitución que se celebra cada 6 de noviembre. La fecha patria ha encontrado a la opinión pública dividida e inmersa  en el debate desatado por el fallo del TC que ordena desnacionalizar a los dominicanos descendientes de los haitianos. 
    
Como se sabe la osada decisión culmina una cadena de acciones tomadas por la JCE, la Dirección de Migración y la SCJ, organismos del Estado que desde el 2007 iniciaron el despojo de la nacionalidad e identidad de los dominicanos hijos de los haitianos. Frente a esa transcendental medida del TC, dos bandos dividen la opinión pública: por un lado los que siempre enarbolan las ideas democráticas y republicanas apegadas a la defensa de los derechos humanos fundamentales, mentalidad herencia del pensamiento duartiano; y los que enarbolan un nacionalismo protegido por un concepto de soberanía que se tiende como un manto de protección a la dominación política autoritaria, herencia que desde los santanistas ha basado el ejercicio del poder en la arbitrariedad que viola la Constitución y las normas internacionales que garantizan el estado de derechos.
    
De ese modo, asistimos a la contradicción entre esas dos asociaciones de interese: los que se apandillan entorno a la concepción autoritaria del poder bajo los alegatos de que el fallo es una decisión soberana y en defensa de la nacionalidad y la Patria, que no viola ningún precepto constitucional, que no habrá apatridia porque extienden la aplicación de la Constitución haitiana a los descendientes haitianos nacidos aquí, en un acto de ignoto e ingenua superposición de soberanía, sin dejarle a esos dominicanos descendientes haitianos ni la libre elección de su nacionalidad.
    
Por su parte la asociación de intereses que se sustenta en los ideales nacionalistas pero democráticos y de respeto a los derechos humanos, así como de los acuerdos internacionales, rechazan el despojo de la nacionalidad dominicana a los descendientes de los haitianos, alegando por su lado que esa nacionalidad está garantizada por las leyes y las constituciones que legitimaban el derecho del suelo y que es reconocido por la propia Constitución vigente desde el 2010.

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