El gobierno del Presidente Medina sustentado políticamente por el PLD, se enfrenta a un acoso internacional provocado, uno por la sentencia del TC y el otro por la percepción internacional, sobre todo de los EEUU, sobre la corrupción administrativa y la amenaza a la democracia según lo denunciara el CSIS, organismo americano muy vinculado a la política internacional del país del norte.
Sobre lo primero, una delegación de altos funcionarios se dirige ahora a Venezuela para explicar el alcance de la sentencia y su aplicación, a manera de anular la ofensiva del gobierno haitiano que amenaza a la República en Petrocaribe con motivo de la “sentencia”. Mientras eso sucede el gobierno de San Vicente y las Granadinas reclama que el país sea sacado del Cariforum de aplicar la sentencia.
La situación en el plano internacional puede evolucionar en términos muy negativos para el país. Previendo eso el Gobierno trata con su ofensiva diplomática de mitigar esos eventuales efectos negativos. La potencialidad de esa complicación, no compara con las ganancias simbólicas de la sentencia, ya que ahora no sólo se conocen los gazapos o errores conscientes que la sustentaron, sino que la propia JCE, con su inventario de extranjeros, ha puesto en evidencia la irracionalidad de la sentencia, al demostrarse que la misma no conecta con el control efectivo de la inmigración masiva y descontrolada de haitianos ilegales en el país. Por eso la sentencia es inhumana, violadora del estado de derecho e ineficaz porque no resuelve la situación migratoria de los haitianos en el país.
Los únicos beneficiarios por la sentencia son sus promotores políticos, quienes desde el “Frente Patriótico” asumieron como razón de su lucha política el problema haitiano, junto al problema del narcotráfico, para atacar el avance del peñagomismo perredeísta, banderas esas asumidas como expresión de un psiquismo político históricamente comprometido con el trujillismo, el cual no puede admitir desde lo más hondo los valores de la democracia y la libertad. La hegemonía ideológica de ese pequeño grupo dentro del “Frente Patriótico” se ha potenciado con la sentencia del TC y por ello tiene que defenderla más allá de la razón.
En esa estrategia ha sido entrampado el propio Presidente Medina, quien en un principio se manifestó por una solución humana frente al “drama humano” creado, pero quien más adelante tuvo que asumir la ofensiva a favor de la sentencia.
El otro motivo de acoso internacional, lo representa el estudio-informe del CSIS, organismo norteamericano de fuerte influencia en la política internacional de los EEUU y para quien, según su diagnóstico, la corrupción y el narco trafico amenazan la democracia en la RD, como consecuencia del monopolio político del PLD y la fragmentación de la oposición a través de las altas cortes bajo el total control del partido oficial. Ese dictamen y sus sugerencias no dejan de ser una alerta, frente a cuyo mensaje el Secretario General del PLD se ha adelantado apresuradamente, calificando el acoso de acción internacional que intenta “socavar la hegemonía del PLD”.
¡Qué se enfrente el acoso con serenidad y racionalidad verdaderamente democrática!
jueves, 14 de noviembre de 2013
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