Hace apenas 15 años, tal vez un poco menos, la República Dominicana estaba concentrada en sentar las bases para la reforma de cuatro áreas fundamentales, que habrían de tener un gran impacto en la economía, pero de manera muy especial en materia laboral.Esas cuatro grandes áreas son el libre comercio, el medio ambiente, el mercado de valores y la seguridad social. Fue precisamente entre finales del siglo pasado y principios del actual cuando en el país se discutían acuerdos y legislaciones enfocadas en esas cuatro áreas.
Por eso, durante esos años, a pesar de la crisis económica de 2003, muchas empresas y hasta entidades del Estado andaban reclutando a los pocos profesionales que tuvieran especialidad académica en esas áreas. Incluso, hubo que contratar personal extranjero por la falta de capital humano dominicano capacitado.
Eso quiere decir que los jóvenes bachilleres y profesionales que en ese momento hubieran decidido estudiar cualquier carrera o especialidad relacionada con esos cuatro sectores, podían tener la seguridad de que no les faltarían ofertas de empleos bien remunerados.
Sin embargo, en ese tiempo la mayoría de jóvenes dominicanos estaban estudiando Mercadeo, Administración de Empresas y alguna que otra carrera de esas donde no hay mucho mercado. Por eso hay tantos profesionales de esas áreas trabajando como cajeros en entidades financieras, recibiendo bajos salarios o simplemente están desempleados.
Pero gran parte la culpa es de nuestras universidades, cuyos académicos y directivos, incluido el Ministerio de Educación Superior, no se ocupan de identificar por adelantado las áreas hacia donde se está moviendo la economía.
Sólo se ocupan de ofrecer carreras fáciles para fabricar “licenciados” en ramas que no son demandadas por los sectores productivos del país. Sólo los pocos que tuvieron la oportunidad de viajar al exterior y especializarse en libre comercio, medio ambiente, mercado de valores y seguridad social hoy ocupan posiciones de gerencia importantes con salarios competitivos...
Por eso, durante esos años, a pesar de la crisis económica de 2003, muchas empresas y hasta entidades del Estado andaban reclutando a los pocos profesionales que tuvieran especialidad académica en esas áreas. Incluso, hubo que contratar personal extranjero por la falta de capital humano dominicano capacitado.
Eso quiere decir que los jóvenes bachilleres y profesionales que en ese momento hubieran decidido estudiar cualquier carrera o especialidad relacionada con esos cuatro sectores, podían tener la seguridad de que no les faltarían ofertas de empleos bien remunerados.
Sin embargo, en ese tiempo la mayoría de jóvenes dominicanos estaban estudiando Mercadeo, Administración de Empresas y alguna que otra carrera de esas donde no hay mucho mercado. Por eso hay tantos profesionales de esas áreas trabajando como cajeros en entidades financieras, recibiendo bajos salarios o simplemente están desempleados.
Pero gran parte la culpa es de nuestras universidades, cuyos académicos y directivos, incluido el Ministerio de Educación Superior, no se ocupan de identificar por adelantado las áreas hacia donde se está moviendo la economía.
Sólo se ocupan de ofrecer carreras fáciles para fabricar “licenciados” en ramas que no son demandadas por los sectores productivos del país. Sólo los pocos que tuvieron la oportunidad de viajar al exterior y especializarse en libre comercio, medio ambiente, mercado de valores y seguridad social hoy ocupan posiciones de gerencia importantes con salarios competitivos...
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