José de Jesús Jiménez Almonte, el nombre para el Botánico de Santiago

PorNurys Rivas.--El 26 de enero el Presidente Danilo Medina hizo el anuncio de la construcción de un jardín Botánico que será edificado en terrenos de la comunidad de Jacagua. 
    
La noticia de la edificación de tan importante obra, produjo de inmediato la satisfacción en toda la provincia, sin embargo es evidente que al mismo tiempo, la sorpresa se apodera de Santiago, no por la obra en sí, sino por la designación del nombre que llevaría, ya que el primer nombre que viene a la mente en una obra de este tipo, no es otro que el del doctor José de Jesús Jiménez Almonte.
    
Según el anuncio, el parque llevaría el nombre del Profesor José de Jesús Marcano, eminente botánico, merecedor de nuestra admiración y respeto y a quien no pretendemos descalificar.
    
Refresquemos la mente sobre el Dr. Jiménez Almonte: nació el 6 de agosto de 1905 en Guazumal, desde niño mostró predilección por las ciencias naturales, su bachillerato en Ciencias Físicas y Naturales, fue unido a su afición, una plataforma para lo que vendría después.
    
Teniendo además la oportunidad de nutrir sus conocimientos en la propia tierra, ya que participaba con su padre en las faenas del campo, nos da la certeza de que no fue un improvisado, ni que su profesión surgió de la eventualidad, todo lo contrario, fue hasta su muerte, una persona entregada en cuerpo y alma a la tarea de estudiar, enseñar, investigar, creando una extensa biblioteca y laboratorios experimentales que hoy en día, a la vez que sirve de recordación a su nombre, es una plataforma de estudio para las generaciones actuales.
    
Sus prácticas y funciones como médico, las  desarrollaba en varios hospitales y en la consulta del eminente médico Arturo Grullón, fue allí precisamente entre batas blancas y estetoscopios, que el Dr. Grullón, atento a la inclinación por la botánica que tenía el joven médico, no dudó en ponerle en contacto con el Profesor Moscoso Puello, junto al cual hizo grandes excursiones por la geografía dominicana, coleccionando plantas para estudiarlas.
    
Tanto en la botánica como en la medicina, el doctor Jiménez Almonte dejó una huella imperecedera que no debe ser ignorada, él al igual que otros grandes dominicanos, trillaron caminos para que hoy la ciencia, tenga menos secretos y sea menos difícil.
    
La trayectoria como médico y sobre todo, como la Botánica, motivo puntual de estas notas, no pueden ser expuestas a cabalidad en un solo artículo, sin embargo hay constancia no solo textual o virtual, sino como obra viviente en las universidades nuestras, en prestigiosos museos como el Smithsonian y otras instituciones nacionales y extranjeras que conocedoras del prestigio de Jiménez Almonte, le invitaban a participar en eventos, donde además se destacó por su personalidad abierta y educación. A través de todo ese accionar y viajar por diversos países, fue dejando su impronta, presentando trabajos mediante los cuales obtuvo premios muy destacados.
    
Quien es de Santiago, o tiene conexión con esta ciudad, no desconoce el nombre del doctor José de Jesús Jiménez Almonte, ilustre Botánico que tanto aporte hizo no solo al país, sino que su saber y manera desinteresada de dar de sí su sabiduría, se extendió fuera de nuestros límites geográficos.
    
Estamos ante dos grandes genios de la ciencia, merecedores de homenajes, respeto y recordación,  consideramos no obstante, que aunque a ambos sobren méritos para ostentar el nombre del Jardín Botánico de Santiago, por su larga trayectoria, por todo el trabajo que hizo al país y sobre todo porque fue precisamente en Santiago donde más ejerció y desde donde se expandía su ciencia, corresponde al Dr. Jiménez Almonte, que sea su nombre el que ostente dicho Parque Botánico.
    
Corresponde a los santiagueros este reclamo, a las instituciones culturales, gubernamentales y cívicas, al Colegio Médico, a los legisladores que nos representan en el Congreso, a toda la provincia de Santiago, pedir públicamente al Presidente Danilo Medina, este justo reconocimiento para un hombre que honró a su ciudad dejando tan brillante hoja de vida y obras como legado.